jueves, 16 de octubre de 2008

los títulos son para los nobles

Viernes 10 de Octubre de 2008

Por la mañana tuvimos al fin otra reunión con el señor Orko, que había sido pospuesta debido al día de presentación Erasmus, el anterior miércoles. Supimos que asignaturas podíamos tener en inglés y poco más, la verdad. ¿Eso que significa? sí, otra reunión más, el miércoles. Perfecto. Que alguien me dispare para mi propia defensa, por favor. Por la mañana comenzó un malestar e hinchazón en la mandíbula, no le di importancia en ese momento, pero es algo importante para la trama de esta serie de televisión.

A la tarde decidí deambular más en profundidad por los lugares que había visto la tarde anterior. Me encontré de primeras con el macrocentro comercial Makro. Como nunca había visto eso, intenté entrar. Choqué varias veces con la puertecilla metálica automática. No sé que rábanos pasaba, y claro, al estar en un país donde se desconoce el idioma hace que callarse la boca en situaciones difíciles sea la mejor opción. Hice lo que haría cualquier agente de la KGB bien entrenado: esperar inteligentemente y observar bebiendo vodka (claro que sin vodka. Y no inteligentemente). Y así hallé el misterio: resulta que para entrar en este centro comercial tienes que pasar una tarjeta en plan club de esa cadena por un detector y las puertecillas de metal se abren. Sí señores, un centro comercial en el que se restringe la entrada previamente. Vale que se estén poniendo las pilas con el capitalismo, pero esto ya es demasiado. Si esto lo juntamos al hecho de que hay docenas de compañías de seguridad privada que ríete tú de Irak y de que los colegios públicos tienen en sus fachadas carteles publicitarios de cualquier cosa, nos inducen a pensar de que es necesario que vuelen sobre Polonia unos cuantos misiles nucleares soviéticos para alcanzar una paz espiritual de una vez por todas. Esto poco a poco se parecerá más a la distopía capitalista de Robocop. Esto ya es exagerar.






Lo siguiente que vi pero que no llegué a entrar fue una especie de Ikea, llamado Black White Red o algo así, cualquiera diría que se trata de una bebida alcohólica. O del chite ¿qué es negro, blanco y rojo y no puede darse la vuelta en un pasillo? una monja atravesada por una lanza :D

A continuación vi la central de correos polaco, Poczta, léase "pochta" como si se tuviera 2 años de edad o 92 años. Lamentablemente lo vi más moderno que el Correos español. Aunque tampoco es para extrañarse.


Vi este peculiar y soviético edificio en la lejanía ¿qué podría ser?¿la sede la Fundación Dharma?¿el afamado edificio del Ministerio del Amor (Miniluv)?¿la central de la Compañía que persigue a Michael Scofield?¿Massive Dynamics? demasiadas respuestas a preguntas estúpidas, desafortunadamente todas son un rotundo "NO"

Después llegué a un sitio llamado M1, una americanada (¡saludos a Catalina desde esta frase!) de proporciones épicas. Lo típico, algo así como una nave industrial en la que cabría Pontevedra entera, pero llena de tiendas, sitios para comer, centros comerciales, Media Markt, otra especie de Ikea, etc. Es curioso, porque es el sitio de Zabrze donde he visto más gente. Ah, no me olvido de un detalle curioso. En España los guardias de seguridad a veces llevan corbata, y su atuendo no es más que un traje, y llevan unas esposas y una porra. Aquí llevan chaleco antibalas, y muchas, mucha munición. Irónicamente, mientras que en nuestro país los furgones están bien blindados y son una especie de minitanques ¡aquí transportan el dinero en camionetas normales! no me extraña que blinden a los tipos de seguridad, es que están pidiendo a gritos que les roben. Por lo demás, le presencia de estos señores de seguridad acojona un poquillo, porque en primera instancia lucen más como policías que como gente sin graduado escolar que ha obtenido como única salida de su vida pasar del matón de clase al matón de la calle.

¿Directamente sacados del Counter Strike u otro videojuego? nop, sacados de la escoria polaca




Cuando anocheció me volví, y tras cenar un asqueroso kebap que me hizo acordarme de todas las posibles intoxicaciones debido a comida turca, nos dirigimos en tranvía a Gliwice ¡finalmente saldríamos de noche en Polonia! pero, demonios, el hinchazón y el dolor mandibular iba en aumento, lenta pero inexorablemente. Nos reunimos con los otros Erasmus tras mucho buscar dónde realmente habíamos quedado, pues de noche la ciudad no parecía la misma y anduvimos un poco perdidos. Tras encontrarlos nos dirigimos a la plaza principal de Gliwice, que es donde ese concentra el ambiente. Entramos en una discoteca tan techno que deja a Vicentín de la Hora Chanante totalmente en bragas. Había que pagar unos 2.5€ por entrar y también para dejar los abrigos había que pagar también, además de que era obligatorio. Malditos principiantes del capitalismo.

La discoteca era un sitio totalmente infernal, casi nada de luz, rayos láser cegadores, ruidos extraños y montón de monstruos de desconocido origen, vamos ¡una auténtica batalla espacial!¡viva! el sitio estaba atestado de gente borracha, pero dentro de un límite, si se traspasaba, los amables y delicados señores de seguridad cogían al excedido y le aplicaban lo más parecido que hay a la eutanasia dentro de la legalidad. De todas formas algunos Erasmus nos contaron que mejor no mirar a nadie a los ojos, e intentar no causar ningún problema, ya que por tonterías como darle un cigarrillo caído a una chica polaca un español estuvo a punto de recibir una paliza por parte del novio de ésta. Y a nadie le interesa ser donante prematuro de órganos ¿no es cierto?. Ah, nota interesante sobre la peligrosidad de los polacos: conocí a un estudiante mexicano al que en su primer mes le rompieron una costilla y una nariz por mirar a quien no debía, joder, y eso que los mexicanos tienen las pelotas de acero.

Mexicanos típicos hablando sosegadamente sobre cómo van a pintar su casa

Afortunadamente a pesar de los múltiples empujones que no debíamos de dar respuesta, pisotones ídem y de las mil y una veces que casi me tiran una cerveza encima, sobrevivimos sanos y salvos. Pero nótese eso que tengo inflado en el carrillo izquierdo de mi cara. Exacto, eso no dejó de tocarme las pel...encías todo el rato. Entonces cualquier molestia en comparación resultó una tontería. Al menos salgo feliz en la foto, aún a sabiendas de que quizás eran mis últimas horas convida.

Un catalán (polaco), un gallego y un madrileño . No es un chiste, es estar de Erasmus.

Al salir fuimos a un kebap, no por mí, que ya había cenado, sino por algunos Erasmus. El hecho de que haya turcos en el grupo es interesante, pues al kebap al que fuimos a mis amigos les pusieron un tamaño gigante en sus pedidos, y además fueron invitados por uno de los Erasmus de Turquía. Decidimos irnos temprano, pues el plan para el sábado era levantarnos mas o menos temprano (esto quiere decir antes de la hora de comer) parar ir a una ciudad de la que no recuerdo el nombre, y después a Katowice. Una vez allí decidiríamos si quedarnos a salir por la noche o volver. Lo malo es que para volver a Zabrze a las 3 y pico de la mañana no había ningún bus o tranvía así que pillamos un taxi para volver a nuestra amada ciudad de acogida. Nos cobró 50 zloty. No voy a decir cuánto es en euros, pero es lo que imagináis: una clavada por ser guiris ¡Y eso que procuré con mucho no mostrar mis calcetines!



PD: estoy remontando los días que llevo de retraso(mental), no os quejéis

1 comentario:

Kate dijo...

por que no hay titulo por esa entrada?