jueves, 23 de octubre de 2008

This is not a book, this is THE book

Jueves 16 de Octubre
¿Sabes que es una geisha con bigote?¡una portugeisha!-Le hizo gracia a la polaca que se lo conté a tenor de que su novio es portugués. Aunque supongo que esto le hizo pensar que su novio difícilmente le pondrá los cuernos, pues con una mujer barbuda...

Un día que recordaré por una buena temporada. Fue el día en el que conseguí una preciada obra de arte que busqué durante más de dos años sin éxito.

Flashback:
A principios de Septiembre encontré por Amazon una de las escasas copias existentes de este artículo. Quizás fue la primera cosa que he comprado por internet aparte de billetes de avión. Y lo increíble es que sólo valía unos 10€, probablemente a que era de segunda, tercera o decimotercera mano pues había sido fabricada hace ya veinte años y es mucho tiempo para un sólo dueño. En un principio el escaso precio me hizo sospechar, pues había algunas copias de primera mano que valían 300€. Pero tras reflexionar tras unos nanosegundos decidí que valía la pena arriesgarse por tan ridículo precio. En el peor de los casos sería un paquete bomba, y aún así saldría ganando, pues ya me diréis dónde se puede conseguir explosivos por menos de 10€. Lo malo es que el paquete llegaría a España cuando estuviese en Polonia, pero de todas formas me lo enviarían por correo a Centroeuropa. Pero aún así algo de mi temía por la preservación de tal obra

Estaba yo durmiendo a la tarde, no recuerdo especialmente porqué, quizás estaba cansado o había dormido mal, porque la realidad es que no soy muy amigo de las siestas. No como los polacos, que dividen su sueño en dos partes iguales, una por la noche y otra por la tarde. Pues unos golpecitos en la puerta me despertaron y dije el prosze(por favor) de rigor para que pasara quienquiera que fuese. No es fácil ser miope y aún recién despertado de una siesta puede distinguir que no se trataba de un borracho y pesado estudiante polaco con ganas de tocarme los cojones, como suele ser la norma ¡era un cartero con un paquete (de cartón) para mí! firmé lo que tenía que firmar, él se fue y yo corrí a por un cuchillo para abrir el paquete con más ganas que Dexter sacando la basura.

¿Qué es lo que encontré? oh cielos, oh cielos
Primero encontré un chorizo picante. Tampoco soy el mayor fan de los embutidos, pero en la lejanía siempre se agradece un sabor familiar, y este cilindro blanco y rojo me llevó de nuevo a la lluviosa Galicia con su olor.
En segundo lugar, paquetes de Tang ...¡!sí amigos, Tang! joder, esto me hizo brillar los ojos, pues aquí el agua de grifo no es potable, y la de botellas siempre tiene ese regusto como de plástico. Al fin mis aburridas botellas de plástico encontrarían en su seno divertidos colores rojo y amarillo.
Y por último, ahí estaba. Envuelto en plástico. Lo rasgué y mis yemas tocaron en enigmático tomo que tanto había oído hablar, que tanto había buscado por librerías durante más de dos años sin ningún éxito. Ahora estaba entre mis manos, y nada podría hacérmelo olvidar.

¿El título? Expedition: Being an Account in Words and Artwork of the 2358 A.D. Voyage to Darwin IV

¿La portada?
El libro es una mezcla de arte visual y de imaginación. Sí, también podéis decir que es algo friki, no me importa. Es un tratado gráfico de una expedición científica realizada al planeta Darwin IV en el siglo XXIV. Se grabaron vídeos, hologramas y demás, pero uno de los seres humanos que fueron/irán encontró eso demasiado impersonal, y decidió plasmar en pinturas y esbozos aquello que vio acontecer en el inhóspito y extraño mundo que gira alrededor de dos soles, tal y como habían hecho los antiguos exploradores y naturalistas antaño en la Tierra, cuando era un mundo más habitable y menos contaminado.

Así pues, Wayne Barlowe, pintor y dibujante terráqueo se dispuso a retratar a la fauna y flora del planeta Darwin IV. Esto junto a los escritos de biología y las aventuras que allí pasó, quedaron plasmados en el libro que al fin tengo entre mis manos. Es ficción, es arte, pero sobre todo es un ejercicio de imaginación, trasladarse a un mundo que nunca ha existido para describir plantas y animales surgidos de los sueños de un hombre, que siendo hijo de biólogos, se ha conformado como un excelente ilustrador, preciso y realista. He aquí unos ejemplos de lo que se puede encontrar en el libro (clickead para verlas bien):





También hay un documental hecho por ordenador basado en este libro, sé que youtube no tiene una calidad tremenda, pero es así cómo conocí la existencia de este libro:
http://es.youtube.com/watch?v=NTV2I3s08JU este es el primer enlace, el resto vienen en la sección de videos relacionados. Que lo disfrutéis tanto como lo hice yo :)

En otro orden de cosas del jueves pasado: compré unas salchichas con sabor salmón para cenar, me pareció una buena idea. Estoy empezando a comprender que las buenas ideas aquí no funcionan nunca. Aunque las malas tampoco. En resumen: no las compréis. A poco más vomito.

A la noche fuimos a Gliwice para salir junto unas polacas de la residencia. Sinceramente no me hace mucha gracia esta manía que tienen de salir a las 8 (ni tampoco la de que muchos sean alcohólicos), pero supongo que habrá que adaptarse a algunas costumbres locales. A diferencia de la primera vez que salimos en Gliwice, en esta ocasión fuimos a un sitio más relajado y sin estar lleno de gente violenta. Todo un respiro. El lugar se llamaba Spiralna, y en un principio me dio algo de rspeto pues cuando llegamos todos los que estaban bailando lo estaban haciendo en parejas, ¡como si se tratase de la fiesta de graduación de un instituto estadounidense! luego comprobé que también bailan también individualmente, afortunadamente. Pero hay una cosa que no cambia, que nos les improta pisar, empujar y en definitiva tocar los cojones a cualquiera mientras están bailando. A destacar un hijo de puta enano y feo hasta la médula ósea, que bailaba con una chica diferente cada dos minutos (en España eso se podría considerar un éxito, aquí como se suele bailar en parejas no es nada), y que insistía en lanzarme a sus compañeras de baile y a pisarme cada dos por tres. Esto me hinchó diversas partes de mi cuerpo que no voy a repetir, y en cuanto tuve la ocasión le puse la zancadilla y casi se cae. No reaccionó, no me extraña, debe ser el tratamiento habitual polaco en las pistas de baile. Lo peor es que metí la pata, pues al que le metí la pata (sí, un chiste fácil, era hora ¿no?) no era al hijo de puta enano y feo hasta la médula, no, sino a su hermano gemelo, que como comprendréis también disfrutaba de una belleza sin par. Tras unos cuantos bailes y descansos nos volvimos a Zabrze en tranvía, resulta que hay hasta las tres de la mañana. Eso significa que el otro día, que gastamos 50 zloty en un taxi, fue un día especialmente desafortunado para nuestras carteras y para nuestra inteligencia.

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