jueves, 16 de octubre de 2008

Jestem w Pralka (estou na lavadora)

Jueves 9 de Octubre de 2008

¿Veis? me estoy acercando al día actual poco a poco, espero que en unos cuantos días el retraso de este blog sea casi cero. En directo, en tiempo real. Como en la peli el Show de Truman. Pero hasta entonces aún tengo muchos días que contar, como son los de la semana pasada. Quizás algún día escriba más cosas que este diario de combate, no sé, alguna opinión sobre algún libro o película, delicias de la cultura pop para mis amados seguidores ¡seguid así!

Realmente el último jueves no tuvo demasiada chicha, dormí hasta tarde por la mañana y dediqué lo poco que hay de tarde aquí (a las 18:00 ya no hay sol, malditos soviéticos) para explorar no muy en profundidad la zona que queda al norte de mi residencia, que es por así decirlo otro tipo de ciudad, con bloques de edificios en grupo, todo muy comunista. Eso no quita que el los últimos tiempos se estén haciendo capitalísticos adosados, sólo espero que a estos hombres del este no les explote la burbuja inmobiliaria. No llegué hasta muy lejos pues temo a la oscuridad, hombres lobo y vampiros, ya se sabe, con el inconveniente de que el no hablar su idioma puede complicar incluso más las cosas. Sobre los zombies no me preocupo, no corren mucho. Amén de que al dormir poco no me van a pensar en mi como un extraño (lo siento Catalina, wah wah)

Hablando de zombies, al mirar su pirámide alimenticia me he dado cuanta que la mayor parte de los raperos y tujos de Pontevedra no tienene que temer por sus vidas

A la noche hice mi primera lavandería aquí (sí, sí la primera, pero a diferencia del habitante común de estos lares, yo SÍ me ducho todos los días) a la noche. Cuando bajé a la lavandería me vino una chica polaca a preguntar si quería jugar al futbolín. Me lo preguntó en polaco, eso significa que a pesar de ser tan negro/blanco como Obama ¡puedo pasar por un nativo! al ver que mis frases en polaco tenían una tonalidad rara se dio cuenta de su error, y al parecer ya había oído hablar de que había dos Erasmus en la residencia. Ya veis, la fama me precede allá por donde voy y eso que todavía no he sacado ningún disco al mercado ni llevo pistolas allá por Pontevedra adelante. Nina, que así se llamaba, me acompañó a la lavandería y me explicó los mágicos secretos que semejante estancia entrañaba, que riéte tú de la Cámara Secreta del señor Jarry Potter. También al rato vino un chico amigo suyo que se llamaba César (su versión polaca es impronunciable), un tío que parecía salido de la serie de Dexter, pues tenía una camisa hawaiana de flores amarillas y un crucifijo tamaño king size. Lástima que sea pleno Octubre para semejante indumentaria, me pregunto qué llevará en verano. Bueno, mejor no me lo imagino...

Aquí no son tan divertidas las lavanderías como en nuestra inhóspita Galicia

Debido a que la soviética lavadora tardaba y todo eso, me convencieron para ir a la sala Klub (no es errata, es que en polaco es así) de la residencia, no sé que estaban celebrando, pero lo que recuerdo es mucha cerveza y vodka ¿qué raro, no? allí me presentaron, no sé, quizás a unas 8 personas/persoeiros. Algunos majos, otros increíblemente contentos de conocer a un español, y uno algo pesado. Les decepcionó a todos que yo no bebiese, pero como son unos patanes al futbolín les impresioné. Sí, y eso que soy otro patán. Así que imaginaos cómo está el nivel balompédico de mesa por estos lares. Venid amigos, venid ver y triunfar. Quizás el que estuviese bébedos ayudase a mis victorias, pero no quiero pensar en ello. El hombre medianamente pesado no me dejaba escapar, conoció a los diversos españoles que pulularon por esta residencia a lo largo de los últimos cuatro años, y lo típico, comenzó a relatarme el sinfín de palabrotas en español que se había aprendido con tesón (que conste que hago lo mismo. Sólo que sin tesón), y además sabía "¡merda!", sin duda un regalo de cortesía de los últimos gallegos que estuvieron aquí. Un saludo a esos prohombres que tanto me ayudaron a pesar de que fui un pesado mandándoles emails.

Finalmente no salimos en Gliwice a la noche (y mira que teníamos ganas) con nuestros recién conocidos amigos Erasmus porque al día siguiente teníamos reunión con el señor Orko, y no era un buen plan ir de reenganche o quizás perder la vez. Tendríamos que esperar a Piatek (viernes). Palabra a tomar muy en serio ;)

No hay comentarios: