jueves, 25 de diciembre de 2008

Cracovia: la ciudad de los edificios bajitos

Sí, finalmente me he decidido a dar en conocimiento mi aciago viaje a la segunda ciudad más famosa de Polonia tras Zabrze: Cracovia. Y lo increíble es que sólo lo estoy escribiendo ¡con casi un mes de retraso! en realidad tenía el borrador guardado desde hace unas semanas, pero ciertamente esta vez si que estuve muy ocupado. Organizarse para viajar de vuelta a España por 40 euros no es tarea fácil. O al menos esto me ha dicho mi abogado que debería escribir en el blog.

Sábado 29 de noviembre de 2008

Ania Hogaza (chica polaca con que trabé amistad mientras estudiaba en Santiago DC) me estaría esperando en la estación central de Cracovia ese día, y tras un trayecto de dos horas en tren (Zabrze-Katowice-Cracovia) llegué a mi destino. No ha la había visto desde la boda de Edyta, pero al menos es menos tiempo desde que la vi en mi ciudad universitaria por última vez. El viaje no tuvo ningún problema incluso para alguien con un polaco tan débil como el mío, lo único que tuvo su aquel fue un grupo de jóvenes borrachos polacos que se divertían dando portazos en el tren. Por otra parte el paisaje era bastante bonito, con suaves colinas y un poco de nieve dispersa.

Sin embargo en tiempo que me recibió en Cracovia no era bueno. Lluvioso a raudales y nublado como después de una hecatombe nuclear. Al fin me sentía como en casa. El hecho de que la región en la que se sitúa Cracovia se llame Galicia no podía ser una coincidencia. Sí señores, Galicia se llama. Aunque en polaco se escriba Galicja, es conocida allende de este país por el mismo nombre que mi tierra natal. Sé que es una parida, pero siempre me hace gracia leer artículos como el siguiente, donde te esperas encontrar una tierra cuadrada y surcada por un millar de ríos y ¡ZAS, en toda la boca!, te encuentras otra cosa: http://www.polishroots.org/genpoland/gal.htm . Yo tan sólo espero que los habitantes de esta citada región sean tan bárbaros y poco capaces como sus homónimos ibéricos. Sería un gran apoyo al internacionalismo y a la alianzas de los diferentes pueblos del mundo.

Como veis esta Galicia está repleta de nombres galaicos

Lo primero que vi en Cracovia es que estaba repleta de gente. Un gran cambio respecto a Zabrze, donde hay 200.000 personas pero tan sólo dos cafeterías, lo que hace que rara vez te encuentras más de 30 personas a la vez en la calle. Además como encuentra tremendamente placentero el beber a solas hasta echar el hígado por la boca ¿para qué molestarse y salir de casa? joder, nos llevan años de adelanto. Adelanto hacia la autodestrucción.

Debajo de la inmensia lluvia se nos apareció la plza central de Cracovia, al parecer una de las más grandes de Europa. Y por primera vez en Polonia después de Zakopane ¡vi cosas turísticas! puestos, animadores, gente disfrazada, etc, al fin un poco de caché. Y muchos turistas (reconocibles por su cámara de fotos al cuello) a pesar de no ser temporada alta. Me encontraba en el centro de la ciudad medieval de Cracovia situada en el centro de la ciudad moderna. He aquí algunas imágenes.

Las palomas, esa plaga alimentada por desgraciadas jubiladas cuyos hijos se encuentran a 500 kms de distancia y no las visitan ni en Navidad. Lentas pero seguras, alimentan a estas aves tramando una venganza aérea..

Donde esté la policía e siempre, impulsada a tracción animal, que se quite todo lo demás ¡alguacil!

Burbujas mágicas rellenas de estupefacientes...glorioso LSD

Tras ello, nos dirigimos al castillo de Wawel, no lejos de la plaza central. Cracovia fue la capital real (o eso recuerdo) años ha, y quizás por eso su casco histórico mantiene un aire ligeramente medieval. En el citado castillo se sitúa una basílica en la que hay enterrados reyes y más reyes, y por mucho que les pese a los republicanos de pro, ninguno fue enterrado vivo. Además la basílica tienen en el potal unos inmensos huesos, que primero pensé propiedad de antiguo rey excepcionalmente gordo, pero al parecer son de mamut. Es decir ¡un mamut gobernó Cracovia! para que luego digan que aquí no hace frío. Pero no os preocupéis, mis morbosos lectores, había simbología siniestra a manos llenas, para muestra esto:
Rey Picapiedra, soberano de la cueva de Cracovia (45000 AC-44992 AC)

Faraón Piwo-atón II, señor de la hidromiel polaca (1324AC-1323AC)
Rey Midas, señor de los Zlotys (12DC-56DC)

La basílica es un sitio muy bonito, seas republicano o no, no puede faltar si visitas Cracovia. Como tampoco puede faltar un poquito de blasfemia ahciendo el imbécil como servidor:

Ah, casi se me olvida, éste es la vista general del castillo de Wawel. Gracias google!


Cracovia tiene un millón de historias y leyendas, o eso dicen los guías turísticas ¡si hasta tenían un dragón y todo! lo cual me parece raro, porque pensé que eran católicos y que San Jorge habría dado justo y merecido final a la reptiliana bestia. Al parecer lo mató un zapatero a base de indigestión de sal y se casó con la princesa (lo cual mató al rey del disgusto, dos pájaros de un tiro el muy cabrón). En aquel tiempo celebraron la victoria sobre el repugnante ser, hoy en día los ecologistas se habrían echado a su cuello por aniquilar un miembo de una especie en extinción. Cómo cambian los tiempos, leches.
Sí, lo llaman dragón. Yo lo llamo amasijo de hierros. para que lance fuego por la boca tienes que mandar un sms. No es broma ..."manda DRAGON al 7777 y recibirás la llamarada en tu móvil"

Tras ello fuimos a una cafetería de la zona vieja para reunirnos con Magda, otra polaca que ha estado en Santiago el año pasado de Erasmus. Y seguramente no sintió excesivamente en el extranjero, pues las cafeterías de Cracovia son bastante Santiaguesas, situadas en edificions semirruinosos y burbujeantes de gente joven. Un rato más tarde nos reunimos con otra polaca que estuvo en Vigo el año pasado, así que al fin podía hablar en castellano con gente que no era de España (o México, vaya). Visitamos brevemente el mercadillo de noche, situado en la plaza central, y la ciudad estaba iluminada por las luces y por el reflejo de esos haces en los charchos y el agua esparcida por doquier, dándole un aspecto para recordar. Salvo por los niños cantando, eso no los recuerdo, sólo los quería ahogar.

Tras la cafetería estuvimos buscando un sitio donde comer. Para mí sería el almuerzo, pero para ellas ya sería la cena: eran las 5 de la tarde. Si es que sigo siendo español, qué le vamos a hacer. tras buscar un poco nos (se decidieron) decidimos por un restaurante georgiano, nunca había ido a ninuno, así que la verdad no me podía negar. Y estuvo bien, a pesar de que los espesos bigotes de los cocineros me hicieron desconfiar en un primer momento de que los platos servidos allí fueran algo más que una colección de pelos. Comida rica de una república ex-socialista soviética en Polonia ¿qué mas podría pedir? bueno, algunas prisioneras del gulag abanicándome no estarían mal...

Más tarde buscamos una cafetería o un garito en el que pasar la noche, visitamos muchos, incluso el infame el Sol, donde ponen salsa. Pero todos estaban llenísimos (bueno, salvo el Sol que etaba vacío debido a su dudosa calidad) así que la noche cracoviana fue más bien corta. Así que tras unas horas Ania y yo nos dirigimos a la casa donde vive a pasar la fría noche, mañana había cosas que visitar. Pero cuando digo fría me refiero a que adentro podrían formarse estalacticas de hielo. Al día siguiente me desperté con un intenso dolor degargante y malestar, y eso que había dormido vestido, con un jersey grueso, un edredón espeso y una estufa! bueno, ser Erasmus tiene que ver también con sumergirse en el savour faire del país de adopción, pero como no le pego chupitos al vodka ni al desayuno, ni a la cena ni cada 10 minutos, algunas cosas relacionadas con la termodinámica se complican un poquillo.

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