domingo, 10 de mayo de 2009

Corruption in Lódz

Sé que no llevo un ritmo especialmente adecuado en esto de escribir entradas para este fantástico blog, pero creedme que he estado muy liado esta semana con cosas de la universidad ¡creí que eso nunca me pasaría estando de erasmus! como plato fuerte, una profesora me mandó estudiar unas cosas pero sin bibliografia ni temario...tengo que buscar yo personalmente esa información a través de internet y luego vendrá un examen. Eso me lo esperaría en un país como España, pero en un país del Ter...en fin, que me callo.

Mi plan original era irme a Lódz el jueves, sin embargo el profesor Orko me encasquetó una clase esa mañana, y mis ganas de ir por la tarde en un trayecto de cuatro horas y llegar a las altas horas de la noche a una ciudad totalmente desconocida, inclinaron la balanza hacia el viernes.

Viernes, 20 de marzo de 2009

Cogí un tren hacia Katowice, pues siendo la principal ciudad de la region de Silesia, de ella parten todos los trenes habidos y por haber, no sólo de la región, creo que hasta a otras dimensiones y otros planetas. Comparado con mi humilde Galicia, donde prácticamente sólo hay una línea de norte a sur, Silesia parece un atentado hacia el entorno ecológico, es difícil atravesar parte de su superficie sin encontrarte con unas vías de tren o de tranvía. Pero supongo que los niños aquí tendrán una infancia más feliz (a pesar del carbon suspendido en el ambiente) pues seguramente ven pasar trenes por todas partes y a todas horas, incluso de madrugada. Aunque bueno, en la lista de Schindler tambiéns salían niños polacos saludando al tren...uhm

Bien, por gracia del destino, el tren se paró cerca de Zabrze por una avería. O eso supuse yo. Un polaco me habló en su idioma natal y aparenté entenderle. Parecía frustrado, y a no ser que su mujer le estuviera poniendo los cuernos con un Erasmus y él quisiera vengarse conmigo, probablemente estaba hasta las narices del tren. Que yo también, hombre. Pero éramos sólo dos. Todos los demás del vagón permanecían silenciosos, y al cabo de un rato todos sacaron el móvil y comenzarona teclear al unísoso. Digno de una película de terror.

O de tema musical de terror. O cantante de terror...

Tras 45 minutos de inexplicable e inexplicada paralización, el tren volvió a la vida, aunque con extraños sonidos desde sus tripas que me hicieron temer lo peor y revivir las primeras escenas de El Protegido. Resultó que llegamos 45 minutos a Katowice más tarde de lo previsto y que mi primera intención era llegar temprano a esa ciudad y tendría 50 minutos de sobra para comprar el billete a Lódz, pero con el retaso...eso se convirtió que en la cola para comprarlo en la estación, esos 5 minutos que tuve de diferencia se vieran mortalmente escasos. Pedí colarme, pero mi cara de falseada pena y desesperación no consiquió arrancar solidaridad en los soviéticos rostros de la gente que esperaba. Probablemente llevaban meses esperando por un billete de tren. al igual que con el pan. No sé si lo he dicho suficientes veces en este blog, pero el servicio en las taquillas es absolutamente horrible. Cuando comente mis viajes con Catalina pondré un ejemplo de lo desesperante que puede llegar a ser: llegas con a la estación con 35 minutos de adelanto respecto al tren que quieres coger, pero al finalg astas 30 de esos minutos para comprar e b illete y luego tienes que ir corriendo a la plataforma correspondiente. Y eso que el sistema está bastante informatizado, pero es que no hay quien lo comprenda.

Entonces consecuentemente debido al retraso del primer tren y el retraso mental de algunas personas perdí el segundo, directo a Lódz. Tenía que esperar ni más ni menos que la friolera (literalmentente, hacía bastante frío) de tres malditas horas en una ciudad tan apasionante como es Katowice. Que por cierto, es la ciudad con el mayor índice de criminalidad de toda Polonia. Afortunadamente los ladrones sólo saben atracar en polaco y los asesinos sólo disfrutan de los gritos en su nativo idioma, lo que explica que ningún Erasmus haya tenido ningún problema de momento.

Llegado el momento cogí en tren dirección Lódz y mi soviético mp3 comprado en Polonia y de momento, con configuración en polaco, me deleitó con Muse, System of a Down, Red Hot Chili Pperes, Dover y unos cuantos grupos más. Cuando llegué allí estaba Kasia esperándome. Era una de las coordinadoras de la universidad de Lóz que también se fueron con nosotros a Zakopane, en octubre de 2008. Siempre es bueno falsear la amistad con alguien para que te de alojamiento gratuito. Leches, olviden la frase anterior. Y tras ello olviden la justamente anterior a esta. Gracias. Oh, en el mismo sentido, para aumentar más el número de visitas a mi blog y por lo tanto, sentirme realziado, olviden todo lo que han leído y vuelvan a entrar. Gracias de nuevo.

Lavado de cerebro a mis lectores ¡Totalmente gratis!

Tras reencontrarnos y contarnos nuestras penas y alegrías, y principalmente quejas sobre este país que ha tenido la amabildiad de acogerme, nos dirigimos a una de las residencias de su universidad, donde me esperaba una habitación de la que pocos tienen llave o conocimeneto de ella y se usa en ocasiones como esta. Joder, me sentía como un terrorista o un sicario en una peligrosa misión, si hasta tenía un piso franco. Pero primero tuvimos que ir a otra habitación donde algunos amigos de Kasia estaban alcoholizándose en plan viejo de 70 años: sin moverse del sitio y sin intención de salir al mundo exterior. Me ofrecieron más y más alcohol, pero les dije que estaba bajo medicación (ellos deberían estar con alguna, ah , y con una camisa de fuerza también) para evitar morir de coma etílico, así que me sirvieron un té. Fingñítambién entender lo que me decían en polaco, y tenías algunas palabras de odio para los extranjeros. Me sentiría ofendido si fueran las mismas de siempre, la de que estamos ahí para robarles a sus mujeres -las más guapas del mundo dicen, convencidos-. Sin embargo esta vez me contaron otra, lo que me fascinó, la historia de unos erasmus que en una noche de borrachera volcaron un coche que para desgracia de otro y para su alegría, no era suyo, sino de un polaco. La verdad es que no es difícil de creer. En la Politécnica de Silesia este año los erasmus están dividos en residencias según la carrera que estén haciendo, al igual que los polacos. Un año atrás estaban todos en la misma, pero debido a los disturbios, desórdenes y situaciones de emergencia nacional causados por ellos mismos, entre los que se incluyen lanzamiento de mobiliario a traves de las ventanas desde un cuarto piso, la dirección de estudios intenacioneles pensó que mejor los dividían o que los deportaban. No se aclaraban y al final, un punto intermedio: escogieron las dos cosas, los dividieron en trozos pequeños, un brazo por allí, una oreja por allá, y los deportaron por correo por el mundo entero. No, no es otra leyenda urbana ¡es la mía!

Después fuimos a tomar una pizza a un garito frecuentado por estudiantes, y allí también me reuní tras un par de sms con Mateusz, el polaco que conocí esperando para el avión de vuelta a casa para las navidades! bailamos a lo loco como erasmus que soy ( y que alguno será) pero el lugar cerraba relativamente temprano. No veais como echo de menos a España a veces...

Mateusz y servidor

La rubia es Kasia, y los que estáis girando el cuello para verlo en condiciones sois vosotros. Y sois unos pervertidos ¡qué leches!

Sábado, 21 de Marzo de 2009

Me desperté y tras esperar a Kasia un buen rato en la puerta de la residencia, al fin apareció. Como es de familia de buen parecer, sus padres le compraron un piso en la cidudad para que estudie a su aire. Espero que la burbuja inmobiliaria se expanda cuanto antes a este país, para invertir aquí, hacerme rico y luego llevarme todas las divisas a un paraíso fiscal, igualito que mis héroes que han hundido España. Caminamos por la avenida principal de Lódz, al parecer es la calle en línea recta más larga de europa. Me lo creo. Aquello era tan, tan absurdamente llano que hasta podría ser Kansas. Veías el horizonte hacia el final de la calle. Las aceras estaban bastante limpias y los edificios estaban más cuidados que las erráticas estructuras que existen en Silesia y que a veces están habitadas. No hace falta más que ver una foto para ver la diferencia:

Y esos adoquines tienen los nombres de gente asesinada en campos de concentración y de exterminio. No están todos porque hay familiares que no quieren. Impactante. Y casi sin fin...

Tras ello nos encaminamos hacia la Manufakatura. Aclarar que Lódz fue el Manchester polaco, es decir, una ciudad núcleo de producción industrial textil. Eso fue de antaño, hoy por hoy nadie rivaliza con esos otros comunistas, los chinos. Si Mao levantase la cabeza...por lo tanto, muchas factorias cerraron, pero algunas personas vieron en esas gigantes naves industriales hechas con ladrillo una posiblidad de hacer negocio: la caída del comunismo polaco había dejado por los suelos las voluntades de construir una sociedad mejor para todos (menos para los disidentes, claro está). Una de estas naves llamada Manufaktura fue totalmente reconvertida en una serie de galerías comerciales, restaurantes, cadenas de comda rápida, multicines y un sinfín más de cosas. Nunca vi centros comerciales más grandes en mi vida que los de Polonia. Allí uno se siente el rey del capitalismo.

Lo que dije, como un rey (del capitalismo)

Nos metimos a comer en un restaurante de la cadena Sphinx, en el cual en mis alardes de aparentar que sé polaco, casi pido unas costillas a la rarsa para varias personas. Después dimos una vuelta por las innumerables tiendas del lugar, en las que vi un extraño método de recogida de niños perdidos, algo conservador, literalmente:

Ya sabéis chicas, sino tomáis métodos anticonceptivos siempre podéis usar años después esto con los bebés no deseados e indeseables

Mi verdadero nombre está oculto en la foto...en la cartera del polaco que me mira fijamente

Tras descansar para una noche de marcha...al final no hubo tanta marcha como uno habría supuesto. De hecho sólo billar y poco más. Y ninguna pelea, vaya decepción ¡pensé que estaba en Polonia, demonios!

La única vez en mi vida en la que tuve un MIG de fabricación soviética en mis manos...o casi

Domingo, 22 de Marzo de 2009

Por la mañana veríamos un poco más de la ciudad horriblemente nublada por un Dios que no me tiene en consideración. Visitamos entre otras cosas un museo de la historia textil de la ciudad y también de diseños textiles, más interesante de lo que parece, pero al salir estábamos muy lejos de la residencia, así que decidimos pillar un tranvía. Problema: no teníamos billete porque todos los kioskos, que es donde los venden, estaban cerrados. Decidimos tentar a la suerte y subir igual...con mal resultado ¡nos pillaron unos inspectores de incógnito!

La multa en cuestión era de 150 zloty, que al cambio vienen a ser más de 30 euros. Y esto es por cabeza, amigos míos. Nunca viajar en transporte público había sido tan caro para mi de sorpresa (excepto como veremos en próximas entreadas, el tren Hamburgo-Berlín que tomé con Catalina, 60 eurazos...). Sin embargo yo no estaba ni con ganas ni con paciencia, así que simplemente lo corrompí.

Sí señores, aquí digo al mundo (so pena de ser arrestado por las autoridades polacas): corrompí a dos miembros de la autoridad en Polonia. Cierto que no eran policías. Cierto que quizás eran más jóvenes que yo. Pero también bien cierto es que les di 25 zloty, detrás de un kiosko para que nadie nos viera (pues obviamente tuvimos que bajarnos del tranvía). Como estos pobres hombres van a comisión, simplemente se le ofrece más o menos lo que se dice que es su procentaje de cada multa y claro, al ser extraoficialmente, pues les sale mejor que poner la multa. Así es como a la edad de 22 años y en el extranjero, servidor decidió dar la espalda a sus ideales democráticos y de una sociedad ordenada simplemente ofreciendo directamente dinero al multador en vez de apgar la multa. Y funcionó.

Foto sacada poco después de la corrupción del tranvía. Es irónico, fui algomafioso y ¡minutos después esto!

Tras ese desafortunado incidente, Kasia y yo nos encaminamos a una de las estaciones de tren de Lódz, compré mi billete, comimos algo y me despedí de ella. Siempre es bueno hacer amistades sólo para tener alojamiento gratis. O eso dicen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ale z ciebie skurwiel...

Anónimo dijo...

yehaaaa!!!

Ya veo q va todo bien!!
Yo me vuelvo en un par de semanitas ya...
Disfruta lo q t queda por ahi q tampoco es muchoooo!!!
un beso negraco ahi detrassss!!

Anónimo dijo...

http://en.wikipedia.org/wiki/Dancing_Plague_of_1518

Una movidilla de esas...