Un día fatídico como pocos. Se trataba de la versión Erasmus de Cuatro Bodas y Un Funeral. En este caso cuatro cumpleaños y una despedida. Es decir, cuatro disfrutaríamos de nuestras últimas horas previas hacia otro paso hacia la vejez y por ende, la jubilación, la eutanasia y la cancelación de la hipoteca, todo por este mismo orden. Estos cuatro desgraciados eran: la señora Tere, el señor Samu, la señora Miriam y servidor. El afortunado hombre que volvería por fin a su hogar (y por lo tanto a poder beber agua del grifo de nuevo sin temor a caer muerto minutos después) era ni más ni menos que el señor David, consumado minero y técnico en explosivos en sus ratos libres.
Realmente mi cumpleaños era el domingo 22 de febrero, al igual que la señora Tere y el señor Samu. En el caso de la señora Miriam era el día 23. Pero lo apasionatemente increíble es que los tres primeros nacimos en años consecutivos! concretamente en el 1985 1986 y 1987. No voy a decir a quien corresponde cada año para preservar su privacidad y lo que es más importante, sus ganas de ligar haciéndose pasar por alguien mayor o menor, no seré yo quien destroce sus sueños.
Al vivir en Gliwice ya no era necesario coger un destartalado tranvía desde Zabrze para poder ser libre por las noches, sino algo tan complicado como dar una cincuentena de pasos hacia la residencia donde se iba a montar todo, Karlik. Bueno, qué decir de una cuádruple fiesta de cumpleaños condespedid a incluida? que nos lo intentamos pasar lo mejor posible pues este tipo de celebraciones nos recuerdan que las cosas tienen fin incluidos nosotros, pues todos somos mortales. Sin más dilación, he aquí algunos documentos gráficos inéditos de esa noche:
Mi regalo: una reproducción para montar de un ¿Fokker? triplano de la Primera Guerra Mundial, un regalo totalmente inesperado, la verdad.
Epílogo: la señora Tere y yo recibimos un curioso regalo de cumpleaños sin aviso ninguno. Tuvimos que escoltar al señor Jacobo desde Kotnrabás pues se encontraba algo perjudicado y se caía cada dos por tres, y teniendo en cuenta su afición por las escaleras, decidimos llevarlo a un lugar seguro: su residencia. Durante el duro camino de vuelta lo más suave que le pasó (y que puedo contar a mis millones d electores) es caerse repetidamente al suelo por intentar saltar unos arbustos con escaso éxito. Y aún era invierno polaco, querido público, por lo que le entró nieve hasta en los sitios más insospechados a una temperatura ambiental de -22C que hacía que se me congelasen los pelos de na nariz y que se me clavaran en la carne como alfileres. Cuando llegamos finalmente a la puerta de su residencia, en un acto de agradecimiento sin parangón se arrodilló ante mi y me dio las gracia. Junto en el momento en que la portera salía a barrer la nieve de las escaleras del portal.
Maldición.
Debe pensar que somos gay.
PD: cumplir 22 años el 22 de febrero a -22C es de las cosas que quizás recuerdes toda tu vida
Realmente mi cumpleaños era el domingo 22 de febrero, al igual que la señora Tere y el señor Samu. En el caso de la señora Miriam era el día 23. Pero lo apasionatemente increíble es que los tres primeros nacimos en años consecutivos! concretamente en el 1985 1986 y 1987. No voy a decir a quien corresponde cada año para preservar su privacidad y lo que es más importante, sus ganas de ligar haciéndose pasar por alguien mayor o menor, no seré yo quien destroce sus sueños.
Al vivir en Gliwice ya no era necesario coger un destartalado tranvía desde Zabrze para poder ser libre por las noches, sino algo tan complicado como dar una cincuentena de pasos hacia la residencia donde se iba a montar todo, Karlik. Bueno, qué decir de una cuádruple fiesta de cumpleaños condespedid a incluida? que nos lo intentamos pasar lo mejor posible pues este tipo de celebraciones nos recuerdan que las cosas tienen fin incluidos nosotros, pues todos somos mortales. Sin más dilación, he aquí algunos documentos gráficos inéditos de esa noche:
En realidad la gente estaba más contenta de lo que parece en esta foto.
Mis camaradas Erasmus parodiando mi costumbre de mirar a la na dacuando me sacan una foto. Realmente les estaba enseñando cómo parecer más interesantes de lo que uno es. Excepto el señor Filipe, que es tozudo. ¿A que es bonita mi camiseta?
Mis camaradas Erasmus parodiando mi costumbre de mirar a la na dacuando me sacan una foto. Realmente les estaba enseñando cómo parecer más interesantes de lo que uno es. Excepto el señor Filipe, que es tozudo. ¿A que es bonita mi camiseta?
La Hermandad de Las Camisas con los Cuellos Altos ha convertido a Tere a su causa ¡no0o0o0!
Los Erasmus siempre nos superamos a nosotros mismos, o sino es el caso, cogemos algo de ayuda...
Yo no, es que pegué un estirón al pasar de 21 a 22 años.
Los Erasmus siempre nos superamos a nosotros mismos, o sino es el caso, cogemos algo de ayuda...
Yo no, es que pegué un estirón al pasar de 21 a 22 años.
Mi regalo: una reproducción para montar de un ¿Fokker? triplano de la Primera Guerra Mundial, un regalo totalmente inesperado, la verdad.
Epílogo: la señora Tere y yo recibimos un curioso regalo de cumpleaños sin aviso ninguno. Tuvimos que escoltar al señor Jacobo desde Kotnrabás pues se encontraba algo perjudicado y se caía cada dos por tres, y teniendo en cuenta su afición por las escaleras, decidimos llevarlo a un lugar seguro: su residencia. Durante el duro camino de vuelta lo más suave que le pasó (y que puedo contar a mis millones d electores) es caerse repetidamente al suelo por intentar saltar unos arbustos con escaso éxito. Y aún era invierno polaco, querido público, por lo que le entró nieve hasta en los sitios más insospechados a una temperatura ambiental de -22C que hacía que se me congelasen los pelos de na nariz y que se me clavaran en la carne como alfileres. Cuando llegamos finalmente a la puerta de su residencia, en un acto de agradecimiento sin parangón se arrodilló ante mi y me dio las gracia. Junto en el momento en que la portera salía a barrer la nieve de las escaleras del portal.
Maldición.
Debe pensar que somos gay.
PD: cumplir 22 años el 22 de febrero a -22C es de las cosas que quizás recuerdes toda tu vida