viernes, 19 de marzo de 2010

Silesia Patria Querida

Es increíble lo abandonado que tengo el blog. Tras más de un mes de pseudovacaciones creo que mis no lectores tienen el derecho a ignorar otra entrada más, con sus palabras claves como "sexo" y "gratis", para así subir el número de visitas y ponerme más alto en los resultados de google ¡soy un filántropo!


Martes, 14 de abril de 2009 (sí, han leído bien)

Volvamos a la historia:
Catalina y servidor, finalmente en mi ciudad de acogida de Polonia, Gliwice. Tras descansar un par de días de tantos millones de Unidades Astronómicas recorridas arriba y abajo por Europa central tenía que mostrarle Gliwice a Catalina. Tampoco es que sea una ciudad vibrante y con multitud de sitios históricos, que va, es una ciudad parcialmente ennegrecida por el carbón (Zabrze sí que es bastante más cenicienta) pero a la cual le tengo apego pues es algo totalmente diferente a donde siempre he vivido y con un estilo de vida y un flujo de tiempo ajeno para mi. Cuando vives en el extranjero, o al menos para mi, tengo la sensación de que el tiempo fluye de otra forma. Sin las referencias físicas habituales como pueden ser telediarios o periódicos, los recuerdos se entremezclan y son difíciles de ubicar. Y lo digo yo, el señor que tarda un año en relatar tres semanas.

Aunque estos sí que son desfases temporales y bucles varios, todo hay que decirlo. Seguro que también estaba de Erasmus.

En el tour guiado que le hice a Catalina obviamente no saqué fotos de la ciudad, así que me dispongo de robarle parte de su álbum para ilustrar cómo ella vio Gliwice de una forma bastante más calurosa y soleado de lo que yo vi por primera vez. He aquí en primicia las esperadas imágenes:

La Facultad HarryPotteriana de Química


Catalina comandando sus tropas hacia una nueva victorina de Catalinismo (¡que riéte tú del Stalinismo!)

Un toque de color en un mundo gris, cruel y polaco.

El odio de Catalina por las palomas no conoce fronteras ¡las ratas del aire!


Miércoles, 15 de abril de 2009

Como turista que era Catalina en esos días, era de obligado cumplimiento una incursión a Oswiecim, mucho más conocida como Auschwitz.No es de extrañar que más de uno se piense que está en Alemania. Yo, desde aquí, promuevo la toponimia polaca y sólo usar la alemana en aquellas ocasiones que uno tenga ganas de ofender o tomarle le pelo a alguien de Polonia (no veas que caras cuando oyen Hindenburg, Gleiwitz, Kattowiz, Breslau, Beuthen etc ).

Como siempre tuvimos que coger un tren de la amada PKP (la RENFE de Polonia. No digo más) a la ciudad de Katowice y una vez allí, tras comprar un sabrosísimo zumo Tymbark de naranja y melocotón (qué lástima que no lo vendan en España!) y par de bollos paczek (hay que importarlos pero ya!) nos montamos en el tren dirección Oswiecim. Mi billete lo había comprado con carnet de estudiante, pero una vez llegado el revisor me dijo en polaco algo que tranquilamente no entendía letra por letra, pero tras un par de minutos en la más absoluta confusión mirando su cara de desaprobación (qué bonitos son los pareados en la blogosfera) comprendí lo que me pasaba ¡tenía caducado el carnet de estudiante! el revisor quería hacérmelo entender de que tenía que pagar un nuevo billete, mientras yo me quería hacer el sueco. El bigotudo señor se dirigió a Catalina, la cual al ser rubia de piel clara y ojos azules fue tomada por polaca. Tras tres o más minutos de monólogo, paré al señor y le dije que ella no era nativa, lo cual le extrañó bastante (no era el primero, y no sería el ultimo).

Afortunadamente llegamos sanos y salvos a Oswiecim (nunca se sabe lo que puede pasar en un tren polaco, desde confusiones de vagones a suicidios sobre las vías) . No nos dio tiempo de ver el complejo II, pero sí el I, que es el museo. Era la segunda vez que lo visitaba, así que pude enseñarle más rápido lo que me parecía mas interesante y estar de pasadas en lo que no (que ciertamente es muy poco).

Tras esto, nos volvimos a la estación de tren y otra vez compré el billete con el carnet de estudiante. Sí, debo parecer un rácano (no digamos otros sinónimos pues no era el lugar adecuado) pero la se señoras taquilleras del PKP me han timado más de una vez y a mi me gusta mucho la palabra retribución.

Una justa retribución siempre es mejor si viene acompañada de una justamente bella moza.

Y ahora, algunas fotillos para demostrar que a veces hace sol en Oswiecim:


Aunque Catalina hiciera bromas, a mi me encantan estos trenes. A pesar de ser comunistas tienen un aire clásico enternecedor. ¡Por dios, que no me escuche McCarthy decir esto!


Mi intención era hacerme el sueco esta vez, a pesar del fallido intento anterior. Lo que no me esperaba es que el revisor fuera el mismo! una vez me di cuenta de eso, fui directamente al revisor antes de que el tren partiera, echándole las culpas a la señora del PKP en mi pobre polaco. El hombre fue mucho más amable esta vez, todo hay que decirlo.

Jueves, 16 de abril 2009
Este día ya era laborable y por lo tanto tenía clase, así que tenía que ir a Zabrze (ciudad que tiene como único mérito ser la única de toda Silesia con un nombre diferente en castellano, Hindenburgo) para encontrarme en con el señor Orko (que a pesar de este ficticio nombre para ocultar su identidad, es un tipo bien majo). Catalina y yo aprovechamos tan fantástica oportundiad para que ella pudiera ver Zabrze, más bien, lo poco que hay de Zabrze. Lo increíble es que hasta sacó fotos! si es que no la merezco:

Plaza principal de Zabrze, como podéis ver, totalmente saturada de gente. Nótese la presencia de un platillo volante, imprescindible para toda ciudad polaca que se precie.

La disidencia no es deslealtad. Pero el contraste sí.


¡The Road fue rodada en Zabrze, lo juro!

Satisfactorio mercado de esclavos.

Y esto es todo de Silesia para Catalina. Pues nuestra siguiente parada sería la región de Pequeña Polonia: Cracovia no esperaba!

Pero eso ya será en otro post. Espero que pronto. Al menos antes de cumplirse un año desde aquella visita

lunes, 8 de febrero de 2010

Viena: Last Shot


Sábado 11 de Abril de 2009

Tras dos días estando en Austria ya era hora de visitar Viena.

No hombre, no esta Viena ¡sino la ciudad!


La verdad es que creo que Catalina y yo tenemos una obsesión con los museos que roza lo enfermizo, es casi gafapastismo integrista. Lo cruel es que me doy cuenta meses después, cuando ya no hay tiempo para vacunarnos de esto. Como podréis imaginar nuestro primer lugar a visitar fue Museo de Historia Natural. Como todos los museos de Europa central que nos dio por visitar y que escribo con mayúsculas, por grande es muchísimo más grande de lo que parece pro fuera. Más allá de esta aberración hacia la geometría euclidiana, el museo está muy bien. Sinceramente me encanta visitar tantas capitales de forma tan seguida porque es una oportunidad genial para visitar un museo nacional tras otro. Y otro ¡y otro más! Desde me ciudad natal, Pontevedra, creo que necesito un transiberiano y varios días para llegar algún museo nacional. Y esto también me recuerda que si bien los museos construidos de hoy en día son muy modernetes, líneas rompedoras y esas gaitas, me doy cuenta de que su sobriedad castiga al contenido. En otras palabras, que están muy vacíos. Esto me recuerda que necesito visitar el afamado museo de Historia Natural de Chicago, no sólo porque en él haya estado uno de mis blogeros favoritos, El Diario de un Copépodo (no amigos, no me paga por este tipo de publicidad gratuita. Quizás algún día), y que me haya encantado lo que él se relata, sino porque también he recibido información de primera mano de él ¡por parte de ni más ni menos que Catalina!

Catalina confraternizando con otro individuo que lleva chaqué.

He aquí su entrada sobre su aventura: Chicago, that toddlin' town

Pero no nos desviemos del tema, allá van las fotos de la expedición de Catalina y James a través de los oscuros a pasadizos y nausebundas catacumbas del museo.




Éste es un espécimen de Super Mario una vez tomada la Flor de Fuego. Normal que esté en un museo.

Como curiosidad decir que el museo que está enfrente, el de historia del arte (que no visitamos, soy analfabeto en demasiados campos artísticos) es prácticamente una réplica del de historia natural. Así ahorran estudios de viabilidad, y lo que es más importante, ¡sólo le pagan un proyecto al arquitecto!

Encuentra las siete diferencias. Pasatiempo NO patrocinado por el coelgio de arquitectos.

En sus jardines decidimos hacer un pequeño picnic, pues aparte de hambrientos éramos pobres. Fuimos lo suficientemente listos como para comprar ciertos víveres para,tan peligrosa expedición antes de dirigirnos al centro de la ciudad, y me supo a gloria. Y sí, compramos de ese pan llamado de Viena en España. Sobre cómo se llama en alemán, ni idea amigos, pero sé que en polaco se llama bułka (buuuca). Europa central, siempre tan original. ¡Oh, sin haberlo deseado me ha salido pareado!

Lugar de nuestro picnic. Llega a ser España y seríamos fusilados.


Después nos dirigimos hacia el norte, rumbo a diverso puntos de interés. Cómo se las gastan los austríacos, mirad que edificios:


Típico hayuntamiento (de "hay untamiento", corrupción) de España.

La típica iglesia española ¡aquí tocó Catalina con su banda de música hace años!


El típico teatro español.

La típica biblioteca española.

No muy lejos de la catedral de Stephan hay un establecimiento donde sirven helados italianos de proporciones épicas. Es decir, HELADOS ITALIANOS. Altamente recomendable. Sólo hay que seguir por la calle Rotenturm y estará a mano derecha.


Cuando estábamos tan tranquilos sentados en un banco, un matrimonio austríaco se nos acercó, probablemente preguntándonos sobre alguna dirección o así, poco más pude sacar ya que mi alemán tiende como límite hacia cero. Pero les seguí su monólogo durante un par de minutos diciendo sólo "Ja? ja, ja..." (¿Sí? sí, sí..., para los no letrados en lenguas nazis) de forma convicente, tan convincente que cuando les dije que no hablaba alemán se sorprendieron! vamos a ver....quiero decir que me tomaron por austríaco a pesar de que no guardo a nadie en un sótano ni sueño con un Anchluss después de cada comida! mis pesquisas señalan que al ser servidor un hombre bastante moreno de piel, probablemente me tomaron por un turco de segunda generación. Catalina, como rubia de piel clara y ojos azules con sangre aria que es, normal que la tomasen por austríaca también. Por el momento, Catalina había tomada como alemana y como austríaca. No por checa al menos.

¿Qué sería de mí si fuera austríaco? pues esto

La noche caía y teníamos que volver al hotel para recoger nuestras cosas, ir a la estación de tren , coger un transiberiano para volver a Polonia y decir adiós a Viena.

Creo que nadie en España ha tomado alguna vez un tren internacional. Señores, les recuerdo que ir de España a Portugal en tren (aparte de ser una mala idea) realmente no es cambiar de país. Es prácticamente lo mismo ¡que también hay señoras con bigote en Galicia, carallo! y para el lenguaje básico para hacerse entender con el revisor tampoco es un problema. pero pensad el barullo de naciones de Europa central, que en muy pocas horas puedes atravesar 4 países, en los que probablemente habrá 4 revisores distintos con 4 idiomas diferentes de tres familias diferentes! además si viajas de noche es una molestia que te despierten cada vez que cruzas de frontera en raíles para te que sellen el billete. Aunque claro, la única otra versión de que te despierten con 4 idiomas diferentes es haberse pasado una noche orgíastica con cuatro bailarinas de ballet internacional. No hay color.

El lujoso interior de nuestro tren.

Y tras un largo trayecto llegamos a Katowice, ciudad también conocida como SDSTTP (Sitio de Donde Salen Todos los Trenes de Polonia) debido a sus múltiples raíles y a una estación totalmente siniestra y soviética. He de decir a su favor que los primero comercios abren sobre las 4:30-5 am. Muy útil si tienes un arrebato de hambre nocturno y quieres saborear un pączek, léase ponchek, que más de una vez me lo confundí con la palabra tren, que es pociąg y se lee póchonk. Esta similitud me dio más de una vez problemas. Relacionad con esta, una vez Catalina hubo admirado la decadencia de la estación, nos dirigimos a por un pączek y ayudamos a una pobre turista estadounidense que compró uno justo antes que nosotros y se dio cuenta de que no tenía suficientes monedas. ¿y esta gente es la que domina nuestro planeta Tierra?¡por favor, ir algo más preparados!

El citado pączek. Deliciosos. Existen versiones muy similares en República Checa, Alemania y Austria, sólo que su relleno es de algo asqueroso.

Como llegamos de madrugada tuvimos que esperar un poco para el primer tren a Gliwice, donde nos esperaba un reposo merecido tras tanto ajetreo. Al fin. Nuestro viaje arrojaría un espantoso saldo total en kilómetros de:

622 + 441 + 13 + 150 + 58 + 192 + 534 + 14 + 491 + 431 = ¡2946 kilómetros!

Nuestra expedición

Ahora realicemos un ejercicio mental para ver la barbaridad de kilómetros que representa esto:

Es decir, que Catalina y servidor nos quedamos bien cerca en kilometraje respecto a un hipotético (e insano) viaje de vuelta por tierra a Pontevedra.

Ahora, acabados los exámenes prometo que bajaré los impuestos y aumentaré las medidas sociales...oh, espera, me confundo de registro de promesas vacías. Quería decir que espero pasarme más a menudo por este lugar para dar información al mundo sobre hechos que andie quiere conocer. Pues, como he leído en un blog de los que enlazo ahí arriba a la derecha, sería una vanidad pensar que me deboa mis lectores, pues quien entra aquí no está obligado ni necesitado de leer estas aventuras.

domingo, 24 de enero de 2010

Me sobran huevos para hacer surf en esta playa...


No, no estoy muerto ni de parranda.

Estoy de exámenes.