Sábado 1 de Febrero de 2009
Una hora antes me había ido a dormir escuchando el mp3. Sabía que sólo tenía poco tiempo para dormir, pero creo que me sentó peor el haber dormido sólo una hora en vez de haber esperado despierto tan sólo 60 minutos más. Ser analfabeto no es un crimen.
Nos esperaba un desayuno pagado por nuestra querida universidad. Aunque creo que había un plan detrás del hecho de tener que levantarnos medianemente temprano. No era para tener tiempo suficiente en la visita a las minas de Wielicka. No señor. Como pude comprobar, tan sólo sobre una docena de personas tuvimos las fuerzas suficientes para levantarnos esa mañana para sisitar al citado desayuno. Es decir, con ese cruel horario el menor número de Erasmus aceptaría levantarse a tiempo para disftrutar de la gratuita. Esta conspiración para ahorrar dinero y esfuerzo en controlarnos tan sólo es equiparable a la del asesinato de Kennedy
Admiren nuestras depauperadas caras, clamando al cielo por una eutanasia (para ellos mismos)
Tras el desayuno, en el cual pude disfrutar de una especie de huevos revueltos-tortilla, la primera vez en mi vida que tomaba algo así de fuerte para un desayuno, nos encaminamos a coger el autobús para Wielicka guiados por nuestras coordinadoras polacas. Por cierto, la foto que puse de ellas varias entradas atrás no es realmente acertada. De hecho es una que encontré por internet y la puse sólo para atraer visitas pues de hecho no son ellas. Ahí queda eso. Y ahora me espera una reducción de visitas por día monumental. Bueno, ya pensaré en algo para atraer las visitas. Sinceramente no me dan dinero por ellas, pero uno se siente más improtante, como un tertuliano que trabaja en las mañana, pues todo todólogo se siente a gusto al lado de una cincuentona que dirige un programa de corazón-sucesos por las mañanas. No pongo ejemplos porque son múltiples y factoriales.
Retomemos la expedición. Nos metimos en un bus cerca del castillo de Wawel que nos llevaría a Wielicka, en las afueras de Cracovia. Allí se asiente una conocida e histórica mina de sal. Aparte de caer en un profundo sueño durante los 20 minutos de trayecto, estuvimos esperando un rato a las entradas (pagadas por nuestra quierda unviersidad. Creo que esta frase emrece un canon). Es un sitio bastante turísitico, con varias colas, varios grupos ansionos por entrar y mucha gente. Nuestor grupo no es que estuviese ansisoso por entrar, sino por irse a dormir, la resaca de alguno era de órdago. Afortunadamente el zumo de piña que me había tomado la noche anterior en el Club Clu no me había perjudicado seriamente. Oh, Sok Pomarañchowy ¡cómo te quiero!
Primero descendimos por unas escaleras de madera durante innumerables minutos (sobre todo para el estado mental del que disfrutaba en aquel momento) guiados por una simpática Górnik ("minero"). Vestía como los de Silesia, ¡pero era una mujer!¡habrase visto semejante desfachatez!
Detalle anecdótico sobre el ser polaco que no deja de ser estúpido (lo comento ahora porque cuando tenga que comentar el día de hoy seguramente se me habrá olvidado. Ah, notad que no he escrito una coma entre "polaco" y "que". Noten la diferencia y no se me quejen al consualdo español): la gente en general no baila durante la Cuaresma. Sale a beber (eso dudo que se lo hayan replanteado ajamás) pero se queda sentado y no baila. Me encanta cuando las tradiciones religiosas, la mayoría sin sentido de por sí, se vuelven laxas en las cosas más difíciles -renunciar a la intoxicación alcohólica- y se siguen manteiniendo en lo fácil- pues no salir a bailar es fácil porque se estámás comodo sentado-. Y digo yo ¿no eran comunistas estos tipos hace tan sólo dos décadas?¿lo harían durante los tiempos de los glorisoos revolucionarios colectivistas? sinceramente creo que estaban ocupados trabjando y delatando al vecino para no ser enviados a un campo de reeducación en Siberia. Hemos avanzado mucho. Ahora tenemos el programa erasmus para ser deportado a Polonia para estudiar, como servidor.
Perdonadme por la salida de línea enterior. Dentro de las minas de Wielicka uno siente dos cosas: estar en un sitio con mucho viento (debido a la ventilación) y estar en un paraje digno de la literatura fantástica. No digo que sea Moria, a pesar de que tiene sus alchólicos orcos (véase entradas anteriores) pero es lo más aproximado. Allí abajo puedes ver cómo trabajan de antaño en las vetas de sal, puedes ver capillas esculpidas sobre la roca, columnas, sala de bodas, discoteca, restaurante...etc. Creo que hasta había una pequeña cámara de fútbol sala. Como veis las aficiones balompédicas han llegado incluso a Gimli, hijo de Glóin. Como estoy cansado de escribir, véanlo por ustedes mismos:
Sala de bodas, donde además de perder tu libertad como persona, también pierdes mucho dinero y algo de oxígeno.
Restaurante que se podría clasificar como "underground" en el sentido literal de la palabra
Proletaria discoteca de los colectivos revolucionarios polacos
Restaurante que se podría clasificar como "underground" en el sentido literal de la palabra
Proletaria discoteca de los colectivos revolucionarios polacos
Comimos allí, a 300 metros bajo tierra, nunca estuve tan cerca del centro de nuestro planeta como aquel día. Es algo para recordar si lo piensas. Afortunadamente no tuvimos que salir por medio de una balsa impulsada por un volcán. Un ascensor de dos pisos que chirriaba como mil demonios nos ascendió en la casi más absoluta oscuridad, en medio de los chistes siniestros de los presentes. Después de todo ¿quién queire ser donante de órganos a los veintipocos?
Volvimos a coger el autbús y tras ello disponíamos de varias horas libres hasta la vuelta por tren (pagado por nuestra...bla bla). Me compré un gorro típico estilo de entrar en combate tan sólo si eres natal de Siberia, muy cuco con su pelamen y tal. Sólo le falta una estrella roja, la verdad. Pasamos esas horas deambulando un poco por Cracovia y estando en la Galeria, el centro comercial más grande que he visto jamás, Ni siquiera mi amado centro comercial de Overland Park, en Kansas City puede rivalizar con el tamaño y el número de tiendas (y de gente) del que disfruta este centro comercial de Cracovia. Pero al menos en el de Kansas City puede captar esta imagen el año pasado por estas fechas:
Encontré una librería especializada libros en inglés, algo útil si apenas sabes polaco. Pregunté si tenían alguno de Carl Sagan, pues siempre quise tener alguno en versión original, especialmente a Una Vela en La Oscuridad (creo que se titualaba así, o algo parecido). Para empezar mi gozo en un pozo ¡no sabían quién era Sagan! tras semejante decepción me puse a buscar a ver si tenían alguno de Jon Stewart, o incluso más arriesgado aún, de Stephen Colbert. Pero nada. En cambio sí que tenían de Ann Coulter, esa sexy conservadora reportera (?) y escupidora de veneno. Es la Jiménez Losantos de los Estados Unidos, para que entendernos. Como no quiero abocarme al suicidio a una edad tan joven (y eso que siempre leía a JL en su columna de El Mundo, tras ello cualquier cosa mala que me sucidiera en ese día no era nada en comparación.) En su lugar me compré este libro, así quedo de cultureta:
Sin embargo no puedo desaprovechar esta ocasión para presentar mis candidatura a las elecciones presidenciales o lo que sea. El país en cuestión es lo de menos, si te soy sincero, pero lo americano la da un nosequé:
Nos montamos en el tren para volver a Gliwice (bueno, en mi caso a Zabrze, alias Hindenburgo) pero pasó algo que nos quedamos en mitad de la nada. Sinceramente Silesia es tierra abundante de casas, así que en el peor de los casos eso no iba a ser la película ¡Viven! en versión ferroviaria. En vez de comernos unos a toros simplemente podíamos bajar por las escalerillas y asaltar un hogar cercano para alimentarnos de sus cerebros. Estuvimos parados durante hora y media, en la que disfruté un aterrador sueño. Bienvenidos a la narcolepsia. Tras mucha confusión, una de las coordinadoras polacas nos hizo saber que un hombre se había tirado de un puente a las vías del tren, y que éste lo había arrollado, aunque no se sabe que lo mató, si la caída o los cientos de toneladas de nuestro transporte. Esto demuestra que los CSI en Polonia son el doble de lentos que el de Las Vegas, Grissom habría solucionado todo en 45 minutos y no en hora y media como fue nuestro caso. Realmente nuestro tren no volvió a rodar, tuvimos que bajarnos y coger otro que se paró al lado para recogernos. Sabela y yo nos bajamos en Zabrze, nuestro querido puebecito digno de exterminio y los demás continuaron para Gliwice. Una nota importante, casi todo el mundo se quedó en el hostal por ua noche más, no a cuenta de nuestra querida universidad, claro. Pero así podrían disfrutar algo más de la antigua capital de Polonia (más bien de su vida nocturna). Sin embargo yo tenía un examen esa semana, así que no era la mejor de las ideas sin duda.
Próximamente: entrada corta sobre un examen en inglés sobre algo que no es Lengua Inglesa ¡inédito!