Sí, sigo vivo. El problema es que no tengo internet desde hace una semana, y voy a otra habitación a gorronear el cable para conectarme, y claro, en internet tengo cosas de mayor importancia que hacer en el poco tiempo que dispongo que actualizar este blog que es seguido cada día por millones de personas (¡algunas incluso no son imaginarias!). Espero tener pronto internet, allá por mediados de diciembre, pues estaré en España y allí nadie te putea con esto de intentar ser parte del siglo XXI. Ni falta que hace decir que mi compañero ha puesto tanto empeño en arreglar esto del internet como afán dedica a limpiar lo que ensucia: es decir, cero patatero. Y lo de patatero no va por ahcer un cliché, es que su alimentación consiste sólo en patatas: patatas fritas y una especia de patatas aplastadas polacas. Muy de vez en cuando pasta. Es el caso más raro de vegetarianismo que he visto en mi vida. Lo de su guarrindonguería también.
Domingo 10 de Noviembre de 2008
La noche anterior el señor Jacobo, Héroe de las Escaleras, y yo planeamos lo que íbamos a hacer el Domingo, con la ayuda de un mapa y la luz roja de la discoteca okupa. El plan era el siguiente: levantarnos medianamente temprano, visitar primero la Basílica de San István, después el Parlamento, cruzaríamos el río para visitar el Bastión de los Pescadores, a la noche. He de decir que fallamos irremisiblemente en el primero de los puntos, pero los demás los cumplimos con éxito.
Edición: retomo esta entrada de una vez por todas
Salimos del hostal hacia nuestro primer objetivo, la citada Basílica. Tras caminar poco, pues vivíamos prácticamente en el centro, la encontramos tras girar en una esquina, allí se encontraba un edificio de bíblicas proporciones. No me la esperaba tan grande, decía mi ex mujer. La basílica era gigantesca, no tan grande como la de San Pedro en Roma, que es con diferencia la mayor que han visto (y verán) mis ojos, pero no le andaba coja, ni siquiera le faltaba una enorme cúpula. Ni que decir tiene que para sacar una foto me tuve que alejar bastante para que cupiera en el encuadre. No dudamos de entrar en el lugar, que tenía bastante gente. He aquí unas fotillos:
¿Rezará Miriam en Binario? quizás le va más el Hexadecimal
Foto de la promo de la serie Erasmus Break
Tras esto, nos dirigimos hacia el Parlamento, y durante el camino pasamos a través de un parque bastante grande con símbolos comunistas como éste, donde se divisaba a la lejanía nuestro objetivo, pero también símbolos incluso más comunistoides como la segunda foto:
¿Una MTV Húngara? espero ser lo suficientemente miserable como para poder pasar por rapero
Después ya teníamos vía libre al Parlamento, con tan mala suerte que no podíamos visitarlo porque las visitas habían terminado unos minutos antes. Nos tuvimos que conformar con sacar algunas fotos, una en la que queda constancia de que somos personas normales y la segunda es necesaria para desmentir esa loca afirmación:
Tras esto, nos encaminamos a cruzar el puente al Buda, el otro lado de la ciudad donde comimos en un restanurante marinero, que para un gallego como yo no es nada exótico. Bueno, le faltaba un poco de chapapote para ser 100% made in Galicia. Cuando salimos ya ahbía anochecido, aunque tan sólo eran las cuatro y media de la tarde. Maravillas de Europa Central amigos, aunque mirando por el lado bueno, esto ayuda a la boyante industria de prostitución, pues hace que sus clientes salgan antes a la calle (lo siento, soy de Empresas). Tuvimos que subir una buena cuesta muy empinada para acceder al Bastión de los Pescadores. Hombre, siendo un sitio preparado para resistir al enemigo era de suponer que no caminaríamos por una alfombra roja. El citado lugar se parece mucho a Minas Tirith (para los frikis del Señor de los Anillos) y se parece a Minas Tirith para la gente en general. He aquí algunas imágenes nocturnas de este lugar, que debido a la potente luz y la neblinosa oscuridad parecía algo mágico:
Después volvimos a nuestro querido hostal, para cenar, reponer fuerzas y salir de noche por última vez en Budapest. Como estos sucesos ocurrieron hace ya generaciones, no recuerdo muy bien quién nos guió hacia el garito que visitamos. Tengo la sensación de que fue alguien con bigote, es decir, una portuguesa, pero no había ninguna con nosotros. Sé que no fue Joao porque no caminamos 5 putos kilómetros para luego encontrarnos una discoteca vacía. Era el típico garito subterráneo, muy últil cuando paseas el perro por la calle y las bombas caen a tu alrededor pues los alemanes están invadiendo tu ciudad. No tengo ninguna queja del lugar, estaba con mis amigos Erasmus, bailamos, bebieron, y tan sólo recibí un pisotón, además de una húngara fea, manda cojones.
Y que quede claro. No siempre he estado con él, pues tenía envidia de su afamado bronceado. Pero estuve con él antes de que ganase. Estoy con mister Barack Obama.
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Hace 1 semana