viernes, 28 de noviembre de 2008

Budapest: Capital del Porno (eso nos prometieron) Episodio III

Sí, sigo vivo. El problema es que no tengo internet desde hace una semana, y voy a otra habitación a gorronear el cable para conectarme, y claro, en internet tengo cosas de mayor importancia que hacer en el poco tiempo que dispongo que actualizar este blog que es seguido cada día por millones de personas (¡algunas incluso no son imaginarias!). Espero tener pronto internet, allá por mediados de diciembre, pues estaré en España y allí nadie te putea con esto de intentar ser parte del siglo XXI. Ni falta que hace decir que mi compañero ha puesto tanto empeño en arreglar esto del internet como afán dedica a limpiar lo que ensucia: es decir, cero patatero. Y lo de patatero no va por ahcer un cliché, es que su alimentación consiste sólo en patatas: patatas fritas y una especia de patatas aplastadas polacas. Muy de vez en cuando pasta. Es el caso más raro de vegetarianismo que he visto en mi vida. Lo de su guarrindonguería también.

Domingo 10 de Noviembre de 2008

La noche anterior el señor Jacobo, Héroe de las Escaleras, y yo planeamos lo que íbamos a hacer el Domingo, con la ayuda de un mapa y la luz roja de la discoteca okupa. El plan era el siguiente: levantarnos medianamente temprano, visitar primero la Basílica de San István, después el Parlamento, cruzaríamos el río para visitar el Bastión de los Pescadores, a la noche. He de decir que fallamos irremisiblemente en el primero de los puntos, pero los demás los cumplimos con éxito.

Edición: retomo esta entrada de una vez por todas

Salimos del hostal hacia nuestro primer objetivo, la citada Basílica. Tras caminar poco, pues vivíamos prácticamente en el centro, la encontramos tras girar en una esquina, allí se encontraba un edificio de bíblicas proporciones. No me la esperaba tan grande, decía mi ex mujer. La basílica era gigantesca, no tan grande como la de San Pedro en Roma, que es con diferencia la mayor que han visto (y verán) mis ojos, pero no le andaba coja, ni siquiera le faltaba una enorme cúpula. Ni que decir tiene que para sacar una foto me tuve que alejar bastante para que cupiera en el encuadre. No dudamos de entrar en el lugar, que tenía bastante gente. He aquí unas fotillos:



¿Rezará Miriam en Binario? quizás le va más el Hexadecimal
Foto de la promo de la serie Erasmus Break

Tras esto, nos dirigimos hacia el Parlamento, y durante el camino pasamos a través de un parque bastante grande con símbolos comunistas como éste, donde se divisaba a la lejanía nuestro objetivo, pero también símbolos incluso más comunistoides como la segunda foto:

¿Una MTV Húngara? espero ser lo suficientemente miserable como para poder pasar por rapero

Después ya teníamos vía libre al Parlamento, con tan mala suerte que no podíamos visitarlo porque las visitas habían terminado unos minutos antes. Nos tuvimos que conformar con sacar algunas fotos, una en la que queda constancia de que somos personas normales y la segunda es necesaria para desmentir esa loca afirmación:


Tras esto, nos encaminamos a cruzar el puente al Buda, el otro lado de la ciudad donde comimos en un restanurante marinero, que para un gallego como yo no es nada exótico. Bueno, le faltaba un poco de chapapote para ser 100% made in Galicia. Cuando salimos ya ahbía anochecido, aunque tan sólo eran las cuatro y media de la tarde. Maravillas de Europa Central amigos, aunque mirando por el lado bueno, esto ayuda a la boyante industria de prostitución, pues hace que sus clientes salgan antes a la calle (lo siento, soy de Empresas). Tuvimos que subir una buena cuesta muy empinada para acceder al Bastión de los Pescadores. Hombre, siendo un sitio preparado para resistir al enemigo era de suponer que no caminaríamos por una alfombra roja. El citado lugar se parece mucho a Minas Tirith (para los frikis del Señor de los Anillos) y se parece a Minas Tirith para la gente en general. He aquí algunas imágenes nocturnas de este lugar, que debido a la potente luz y la neblinosa oscuridad parecía algo mágico:






Después volvimos a nuestro querido hostal, para cenar, reponer fuerzas y salir de noche por última vez en Budapest. Como estos sucesos ocurrieron hace ya generaciones, no recuerdo muy bien quién nos guió hacia el garito que visitamos. Tengo la sensación de que fue alguien con bigote, es decir, una portuguesa, pero no había ninguna con nosotros. Sé que no fue Joao porque no caminamos 5 putos kilómetros para luego encontrarnos una discoteca vacía. Era el típico garito subterráneo, muy últil cuando paseas el perro por la calle y las bombas caen a tu alrededor pues los alemanes están invadiendo tu ciudad. No tengo ninguna queja del lugar, estaba con mis amigos Erasmus, bailamos, bebieron, y tan sólo recibí un pisotón, además de una húngara fea, manda cojones.




Y que quede claro. No siempre he estado con él, pues tenía envidia de su afamado bronceado. Pero estuve con él antes de que ganase. Estoy con mister Barack Obama.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Budapest: Capital del Porno (eso nos prometieron) Episodio II

Sábado 9 Noviembre de 2008

Debido al desfase de la noche anterior obtuvimos fue un desfase horario. Nos levantamos tan tarde que nos quedamos sin desayuno, además, no nos daba tiempo a mañana de hacer nada de interés. Y por poco perdemos la tarde, nada menos. Así pues, lo primero que decidimos visitar fue la sinagoga del centro de Budapest. No fue la mejor idea, al ser sábado estaba cerrada para lo visitantes. Además, el espíritu judaico seguro que nos habría hecho pagar por entrar en el caso de que estuviera abierta. Tras la fallida visita, estuvimos en una cafetería en la calle de enfrente, toda una referencia al Primer Mundo, pues por Zabrze más bien escasean.

Tras ello nos pusimos en marcha al Museo Nacional de Budapest. Debido a nuestra inherente españolidad llegamos tan sólo a una hora y media del cierre, pero de todas formas decidimos arriesgar. Es una lástima que no dejasen sacar fotos, bueno, en realidad sí, tras previo pago claro. Es curioso ver que hay que pagar por más cosas en los países ex comunistas que en nuestro ibérico país. En el museo entramos directamente en las salas a partir de la Edad Media, un error por nuestra parte del que nos dimos cuenta una vez habíamos salido. Total. Como nadie sabe nada de Hungría, nadie sospechó nada hasta que fue demasiado tarde. Por que señores, ¿alguno de ustedes sabe algo de este país más allá de lo del Imperio Austrohúngaro y de comunismo variado? Aunque voy a ponerle una pega al museo: teniendo nacional en el nombre, me esperaba mucho más. Tenía cosas muy interesantes, gorros peludos y personajes históricos barbudos a patadas, amén de cosas comunistas, pero le faltaba un nosequé para poder quedar empachado de conocimiento húngaro. Tras visitar las salas, visitamos la sala de conciertos del museo, dónde un cuarteto de cuerda se dedicaba a asombrar a los presentes, Erasmus incluidos. El ambiente palaciego de película contribuía a la sensación de alguna película de espías de la guerra fría, en cualquier momento uno de los músicos iba a sacar un subfusil de su violín e iba a ametrallar a un agente doble de entre las filas del público. O no. Quizás no trabajaba ese día.

Después volvimos al hostal para cenar, y en un arranque de tercermundismo lo que me hice fue un bocata de jamón york ¡qué rico y barato que estaba, oiga! Tras descansar un poquito más, pues la noche anterior había sido bestial, y tras un poco de bebercio claro, nos dispusimos a salir. Pero aprendiendo de nuestros errores por supuesto, salimos por el centro de la ciudad sin necesidad de coger un tranvía que nos llevase a otra dimensión. Primero fuimos a un garito bastante interesante lleno de velas, bastante santiagués todo hay que decirlo, pero afortunadamente más grande. Era el típico lugar en el que uno fragua la revolución de 1968 con sus camaradas (aunque luego a los 50 años no se mueva del sofá mientras mira el fútbol). He aquí unas imágenes para el recuerdo:






Bueno, esta última foto es de una de esas épicas batallas de extorsión que están tanto de moda. Afortunadamente me suelo librar. Los contendientes son Pierre y Fer, no recuerdo quien quedó en silla de ruedas tras la lucha.

El señor Jacobo había oído rumores de un buen garito por las entrañas de Budapest y tras unos cinco minutos de búsqueda y tras encontrarnos con una réplica de Evo Morales, nos topamos en el edificio que albergaba la colmena de fiesta. Era como una especie de edificio okupa, aunque el que hubiese señoras de la limpieza en los baños y que éstos estuviesen medianamente limpios no nos condujo al engaño: aquello era de un ambiente premeditadamente okupa de Berlín o algún sitio así, como de falsete toda esa luz roja, esas paredes resquebrajadas y gente pestilente. He de aclarar que nunca he estado en Berlín, pero las películas ayudan mucho supongo, siempre que no sean de la Segunda Guerra Mundial, pues sino el ruido makinero desenfrenado y gente por los suelos cobra un significado totalmente distinto:


Allí estuvimos un rato en un sitio angosto hasta que el señor Samuel fue a mear y encontró un sitio que no era para mear. Y además esa sala era gratis, toda una llamada para gente roñosa como yo. Si hasta había un maldito columpio, qué demoños. He aquí algunas fotitos representativas del descubrimiento del señor Samuel, quizás el más significativo desde el avistamiento de nuevas tierras por parte del Almirante de la Mar Océana Cristóbal Colón:







Debido a la impresionante marcha de la noche anterior (en sus dos vertientes, discotequera y 5 kms de caminata) los pies me estaban acuchillando, sintiendo un dolor bien simpático sólo si eres sadomasoquista. Así que le pedí unas llaves del hostel a no me acuerdo quién y me volví a dormir. Allí le dije a uno de los portugueses si podía poner la alarma del móvil para el siguiente día por la mañana, para aprovechar la mañana y si cabe aún más importante, por una vez disfrutar del gratuito desayuno. Pero como debido a experiencias pasadas (bueno, tan sólo de un día anterior) conservo una desconfianza justificada hacia estos compañeros de península, también le había pedido lo mismo a otro portugués mientras estábamos en el garito okupa. Todo para mi regocijo y beneficio claro.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Mis queridos náufragos

Un pequeño paréntesis para comentar el nuevo chisme que he puesto en el blog: el mapa de visitantes naufragados en este sitio. Hay más versiones, pero creo que la rojinegra es la ideal para este blog, no sólo por mis ideas filofalangistas, no no, si no también por el aire soviético de guerra fría que le otorga al blog.

Pues bien gracias a ello puedo ver que:
A)Mi blog es más visitado de lo que pensaba
B)Mis visitas son más variadas de lo que pensaba:
-Alguien de California (no conozco a nadie de allí)
-Algunos de Galicia
-Alguien de Cataluña (tampoco sé de nadie que vea esto desde allí)
-Alguien de Suiza (¡Martín dándolo todo!)
-Alguien de Kansas (esta es bien fácil, Catalina)
-Alguien de Polonia (obviamente, servidor)
*Edición lunes 24 de Noviembre
-Alguien de Nueva York?
-Alguien del norte de Italia
-Alguien de Madrid (Rafoucha posiblemente)


Esto no es un ejercicio de orgullo y arrogancia (bueno, no demasiado) pues es un reconocimiento a aquellos que buscan porno en google y sin saber porqué acaban en esta página. Y bueno, también se lo agradezo a los lectores voluntarios, claro ;)

martes, 18 de noviembre de 2008

Budapest: Capital del Porno (eso nos prometieron) Episodio I

Jueves, 7 de Noviembre de 2008

Bien, aquí procedo a relatarles, mis amados lectores, las hazañas y vivencias ocurridas durante la última misión: Expedición a Budapest.

La idea de viajar a la capital húngara había rondado por las cabezas de algunos compañeros erasmus. No por la mía, suelo estar bastante ocupado pensando en nada en particular y en tonterías en general. La semana había sido aburrida porque hubo algunas cancelaciones de clases en el último momento, y a tal llegó mi desesperación de afrontar otra vez el aburrimiento que mandé un correo al señor Orko con la pretensión de que nos cambiara la clase a otro día. Afortunadamente no respondió, pues al día siguiente ya estábamos comprando los billetes de tren. Todo fue organizado en menos de dos días ¡santa rapidez de nuestros compañeros Erasmus!

El plan era quedarnos en Gliwice tras las clases de polaco, para ir de allí a Katowice, y allí coger el tren para Budapest. Bien, si no fuera idiota no habría tenido que volver a Zabrze por la tarjeta sanitaria europea e ir de nuevo a Gliwice. Pero como podéis suponer, sí, soy idiota. Seguramente no me iba a pasar nada malo en la capital del porno (bueno, suena algo contradictoria la frase) pero es mejor prevenir que curar.

Así pues el comando internacional se reunió en la estación de Gliwice, atestada de mendigos. Los valientes soldados éramos: 7 españoles, 5 portugueses y un francés. Estábamos preparados para la gloria y para gogós semidesnudas. Bueno, las chicas no sé, pero suponía que también habría bailarines semidesnudos para ellas. Cualquier cosa en el país de la oportunidades. No espera ¡eso es los Estados Unidos! qué lapsus...el tren salió a las 22 horas, pero no llegaríamos a Budapest hasta la mañana del día siguiente. Eso significó alguna horilla en Katowice, donde yo comí un par de sandwiches de jamón ibérico y mis compañeros de comando tomaron recalentados perritos de un puestecillo local. Yorkshire, probablemente.

Viernes 8 de Noviembre de 2008


Cogimos el transiberiano en la madrugada, y debíamos coger el vagón correspondiente, pues cada vagón del tren iba a un sitio diferente: Bratislava, Viena, Praga...etc. Era un tren bastante más moderno de lo que me esperaba. Amigos, si pensáis que los trenes del trayecto Coruña-Vigo son un asco, es que no habéis visto los de Polonia. Aunque no todo es malo, siempre pueden recordar a los de una película de espías de la KGB, o en su defecto, a esos trenes repletos de judíos de la Lista de Schindler. A vuestra elección. Así pues, estuvimos unas interminables horas en el tren, donde los revisores nos marcaron los billetes ni más ni menos que ¡en cinco ocasiones!, cada una de las cuales amablemente nos despertaron. Perfecto.

Empezó a aclararse el cielo a medida que estábamos saliendo de la estación de una ciudad, no recuerdo cúal, la verdad. El sueño y el cansancio me estaban carcomiendo mis facultades mentales, ya mermadas de por sí debido a una vida de excesos y drogadicción, como bien sabéis. Cuando el sol salió, me dscubrió un mundo tremendamente Kanseño: explanadas verdes infinitas con algún árbol disperso. Rábanos, cómo echo de menos ese peculiar y extraño paisaje. Y las gentes que allí lo pueblan. Y no refiero a nadie de calzado rojo, véase Superman o Dorothy del mago de Oz.

"El equipo E (de Erasmus) ha llegado a la ciudad"

Llegamos a una estación de proporciones épicas y dejamos el transiberiano atrás, volveríamos el lunes a por él. Sacamos dinero local de los cajeros (que aciago destino, siempre viajamos por países que aún no tienen el euro) y Pierre nos guió por las callejuelas hasta el hostal donde nuestros soldados dormirían tres noches. Un hostal muy bueno, 12€ el día, con internet y desayuno gratis. Tras dejar las cosas allí, los españoles y el francés dedicamos la mañana a visitar la parte sur de la ciudad y el otro lado del río, lo cual incluyó subir a un promontorio de difícil ascenso y muchas escaleras para el palacio. Aquí algunas imágenes que explican mejor que las palabras cómo fue:








Tras ello volvimos al lado de la ciudad que nos correspondía, Pest, para comer, pues tan bonita es Buda que se nos pasó el tiempo volando....mentira gorrina, en realidad no había ningún sitio para comer allí (chsite yankee: that castle wasn't White Castle!) y nos metimos en un restaurante en que servían comida húngara. Todos disfrutaron a excepción de servidor, pedí un goulash (carne húngara de húngara) pero al ser sopa había más H2O que proteínas, un terror vaya. Pero tampoco es que me dolieran los 3 euros que valía al cambio del mundo civilizado. Tras ello volvimos al hostal a descansar un poco. Allí conocí a tres americanos muy simpáticos, de Portland, un sitio que me han comentado que es como Galicia, lluvioso y lleno de bosques, pero sin campesinos dispuestos a romperte el cráneo con un sacho porque les has movido los pilones de granito de sitio durante la noche para hacerte tu leira más grande. Oh cielos, cómo echo de menos a la patria...

A la noche decidimos guiarnos por el portugués más eminente, Joao. Craso error como veremos a continuación. Los estadounidenses accedieron a acompañarnos, pobre gente. Joao supo de una discoteca al norte en una islita, la cosa sonaba interesante. Pero ya dejó de tener gracia antes de llegar, primero porque había que coger el tranvía hasta Buda, el otro lado del río, y sólo había una máquina expendedora de billetes. De hecho llegamos a perder no uno, ni dos, ni tres, sino cuatro tranvías hasta que todo el mundo tenía el billete, que se mostró innecesario. De hecho aún lo guardo sin haberlo etiquetado. En fin, llegamos a Buda y bien, había que coger un metro hasta la discoteca, pero había chapado una hora antes. Y el siguiente era a las 4 de la madrugada. Así que nos tocó patear. Y mucho. Caminamos durante 50 minutos a un buen paso (pues hacía frío) hasta que al fin encontramos la dichosa discoteca. gracias a Google Earth, más tarde vi que la distancia era insignificante: 5 putos kilómetros. Ya sabéis chicos, nunca os pongáis en mano de un portugués...

¿Sabéis que es una geisha con bigote? ¡una portugheisa!

...tras un poco de justificada xenofobia, regreso a la historia. La cosa incluso emperoró más: la discoteca de Joao estaba cerrada. Afortundamente la del al lado estaba abierta, y aunque lucía algo pija, entramos. Quizás podría ser un prostíbulo de lujo después de todo. Bien, 8 eurazos que nos calcaron a los tíos y no a las tías por entrar. Encontraré alguna forma de matar a Joao, sin duda. La discoteca era bastante grande con el típico DJ siempre poniendo la misma música maquinera, pero a diferencia de las discotecas gallegas, esta estaba llena a los los lados de semidesnudas gogós ¡habíamos encontrado el paraíso! bueno, para mi no, al no estar borracho y tener moza no podía permitirme mirar (ni tocar) demasiado. Y lo increíble es que¡la gente de Hungría es educada! había pasado un mes y medio desde la última vez que alguien me había pisado en una discoteca y me ahbía pedido perdón. Sé que soy muy duro diciendo paridas sobre Polonia (todas con un poso de verdad, pero también con Manueladas) pero la falta de educación en aglomeraciones o espacios públicos es más que evidente en el joven polaco medio y es lo único que me hace quererlos ver bajo tierra. Al menos a algunos. Además a pesar de que la discoteca estaba a rebosar, en ningún momento estuve a punto de ser aplastado, ni tirado al suelo, y incluso cuando un maromo tan ancho como alto quería pasar, no apartaba a nadie a patadas, sino de una manera amable y a modiño.

Este es el irrespirable y malvado ambiente que nos encontramos en la discoteca ¡esas manos fuera de los pantalones, pervertidos!

Bailamos, danzamos, saltamos e incluso cantamos. Pero llegó un momento en que mis pies no daban de sí, y decidí irme. Sólo, todo muy viril. Afortunadamente cuando salía venía el metro, una gran coincidencia, pero no la primera. Así que la caminata de 50 minutos se vio substituida por un viaje de metro-tranvía de 8 minutos. El que yo no llevara billete para este tranvía no era impedimento. Si algún día tuviese que pagar por todos los viajes gratis que he hecho por Europa Central me quedaría sin nada para la jubilación. Tras ello cogí el tranvía de vuelta para Pest, y se llenó de góticos provenientes de una fiesta. Una incluso llevaba un tutú rosa y unas medias de barras negras y blancas, cosas veredes Sancho. Justo cuando veía la inspectora del tranvía hacía mí, un pobre extranjero con un billete sin marcar (hay que marcarlo cada vez que se sube uno a un transporte) tuve la suerte de que era mi parada. Bajé y me di cuenta de que no era, y volví a subir al tranvía, pero bien lejos del vagón donde casi me había descubierto la inspectora. Cuando bajé el la correcta estuve perdido por las calles por algunos minutejos, pues alguien había puesto un mapa para guiarse con el este como norte y me di cuenta después. De otra cosa que me di cuenta fue que al llegar al hostal ¡no tenía llave! pero ocurrió otra casualidad: Sabela y uno de los yankees llegaron al portal 30 segundos después que yo, poseyendo una mágica llave. Gorda casualidad, pues se habían vuelto de la discoteca mucho antes que yo, pero claro, a pata, y como cogí el metro-tranvía los adelanté, salvando la noche.

Y me fui para cama a dormir, pues a las 6 de la mañana tras haber pasado una noche un un transiberiano, mi cuerpo pedía cualquier cosa menos más marcha.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Fuegos Fatuos (o casi...)

Sábado 1 de Noviembre de 2008

El Día de todos los Santos. El día anterior había sido Halloween, y había ido a Gliwice a celebrarlo con el esto de los Erasmus, aunque muy a mi pesar, yo no disponía de traje alguno. Aunque no debería haberme duchado, así podría decir que iba disfrazado de polaco. De blokersi concretamente, que son los raperos blancos que abundan por aquí cuyo nombre provienen de los soviéticos y aburridos (redundante, lo sé) bloques de viviendas. Como no tienen nada que hacer, aunque deberían estar estudiando pues son quinceañeros, se dedican a beber cerveza a partir de las primeras horas de la mañana, pasearse con sus sudaderas-anorak con motivos de camuflaje, y rapear chorradas. Vamos, casi lo mismito que en España, salvo que aquí si les diera por fumar lo que ya sabemos les puede caer un paquete encima de proporciones que ni Seur podría levantárselo. Cosas de una policía ex-soviética, como más adelante explicaré un suceso del día de los muertos presenciado por servidor.

Mi amiga Ania Hogaza me había comentado que debería visitar algún cementerio durante ese día. En España la gente también va a honrar a los muertos, le dije, pero ella me comentó que en Polonia los cementerios son algo más pintorescos y más concurridos, de hecho cuando viistó junto a Edyta un camposanto español en tan señalada fecha, se extrañaron de la nula afluencia de gente. Bien, que quede claro que Bonaval no es un cementerio al uso. Sino un parque con muchos huesos. Ni que hubieran estado de picnic allí algunos rojos durante la verbena del 36 al 39.

Así pues me dirigí hacia el cementerio a pie, a una hora más bien tarde para los estándares polacos: las seis y media. Comenzaba a hacer un simpático frío, pero nada que mi blindado anorak no pudiera parar. Además, me había descargado nueva música: la banda sonora de Dexter, una de mis series favoritas. Ni que decir que el tétrico pero armonioso contenido del mp3 vino que ni pintado al genuino ambiente que se respiraba en el cementerio mayor de Zabrze. Sin más dilación, he aquí las fotillos más representativas (no tuve miedo de fotografiar porque n oera el único haciéndolo):
Bueno, esta foto fue por el camino al cementerio, en plena calle al lado de otra iglesia.





Este es mi actual fondo de escritorio, sólo por esto la sesión valió la pena



¿a que soy un tipo interesante?

Al volver de mi sesión fotográfica, pasé delante de un parque. Vi varios cuerpos en el suelo y dos figuras de pie, medianamente inclinadas oobre los primeros. En un principio pensé que había pasado algo y les estaban prestando ayuda, pero nada más lejos de la realidad. Cuando estuve más cerca vi que los hombres de pie eran dos policías: habían ordenando tenderse a los demás. Uno de ellos se intentó mover unos centrímetros y lo que se ganó fue una patada. Pocos segundos después llegaron tres personas, amigos de los primeros presumo, que fueron recibidos a hostias por los dos policías, linterna usada como arma de mano también. Al final, seis personas en el suelo y una camioneta de la policía yendo ahcia el lugar. No me paré ni por un segundo, no fuera a ser...

viernes, 14 de noviembre de 2008

La vuelta a casa

Domingo 26 de Octubre de 2008

El último día sólo consistiría en la vuelta a nuestras respectivas ciudades de acogida. Pero por milagros del destino, fue un día muy despejado, en el que se levantó la niebla y el sol irradiaba con toda su fuerza. Una de las Erasmus le propuso a los coordinadores que podríamos ir a ver las montañas por la mañana ¡y éstos accedieron! menos mal que son polacos, llegan a ser coordinadores españoles y le cierran la boca a puñetazos. No espera, eso sería si fueran vascos.

De este modo, nos subimos al autobús para hacer una última visita a las montañas Tatra, no direcamente a ellas, sino a una más cercana para divisar la cordillera en si. Curiosamente era un pueblo llamado Zab, diente. Y sí, hice el chiste fácil de que el pueblo de al lado se llamaba encía :D



Somos españoles, es normal que todos quisiéramos hacernos fotos con las guapas coordinadoras, lo malo es la proporción 1:6

Tras ello, nos embarcaos en el autobús rumbo a nuestra vida normal. A pesar de haber dormido sólo unas pocas horas, no tenía ninguna ganas de dormir, no como los demás en general, como podeis ver:
Realmente habían sido atacados por un agente químico: el alcohol

¿Recordáis la foto que le hice a un complejo alienígena el primer día en Polonia desde la autopista? pues bien, fui lo suficientemente rápido para volver a sacarle una foto! lamentablemente un coordinador polaco me contó que es una central de radio construida por los alemanes, pero quizás sólo sea una tapadera de una conspiración mayor...

Y tras tres horas de viaje sin niebla, a diferencia de la ida, llegamos a nuestro doloroso y sucio Zabrze. No pensé en el dichoso lugar en todo el viaje, la verdad.

PS: un chico español (sin relación alguna con nosotros) murió en las montañas Tatra el mismo domingo después de estar nosotros allí. El pobre hombre fue solo y así ocurrió el fatal desenlace. Esto lo digo para que veais lo peligrosas que son esas montañas