Jueves 23 de Octubre de 2008
La universidad Politécnica de Silesia había organizado un viaje y una estancia de tres días en la ciudad de montaña más turística de Polonia: Zakopane. 30.000 habitantes y recibe 4.000.000 turistas al año debido a su oferta de pistas de nieve y demás. Un sitio que se aventuraba frío sin duda, por lo que los días anteriores de preparativos estuve buscando un buen anorak y unas botas para la ocasión. El primero me valió 30€ y lo segundo 15€, no me puedo quejar la verdad.
El plan era reunirse todos los Erasmus en la puerta del Rectorado de la universidad, que se encuentra en Gliwice, a las 19:00 de ese jueves. Allí nos vendría a recoger un bus para llevarnos a Zakopane, el cual ya llevaba algunos Erasmus de la universidad de Lódz. Cogimos el tranvía hasta allí con un buen adelanto de una hora, no fuera a ser que ocurriese algo y nos quedásemos sin un viaje turístico de 3 días totalmente gratuito. Como es obvio, cuando llegamos no había todavía nadie, así que nos refugiamos dentro de la facultad, pues estaba haciendo un frío polar que no te menees. Sobre menos cuarto ya comenzó a aflorar la gente delante del Rectorado, así que en definitiva, eso significaba que no nos habíamos equivocado de lugar.
Tras un rato apareció una de las coordinadoras polacas, Kasia. No mostraba mucha ilusión en ese momento, y no tardé en descubrir porqué: el autobús se iba a retrasar dos horas. Dos horas que estuvimos a -2ºC . Y dado que provengo de un país tropical, aparte de hacerse eterno el tiempo de espera, estuve a punto de morir por congelación aunque iba abrigado. Un poco más de tiempo allí y seríamos protagonistas de hechos estilo la película "¡Viven!", sí, la del avión que se estrella entre las montañas y se tienen que comer a los muertos. ¡Y lo peor es que sin adobo ni nada!
Aquí ya estábamos practicando la criogenización a temperatura ambiente
A las 21:00 al fin montamos en el bus, con su soviético conductor y sus gentes de Lódz, que resultaba ser tener un techo de lo más bajito que nos ortogó múltiples hostias y contusiones. Resultó que el viaje también iba a ser larguito, llevó sus tres horas en mitad de una despiadada niebla, pero al menos tuvimos un descanso en una gasolinera y los chicos de al final del bus nos deleitaron con un poco de lucha libre. Desde entonces le conozco a la palabra extorsión un nuevo y peligroso significado. A mi no me extorsionaron (morir por emplastamiento) pero sí a Alberto, que iba asentado a mi lado, con el consecuente resultado en mis frágiles costillas.
A las 00:00 al fin llegamos al lugar donde pasaríamos tres noches. Se trataba de una especie de hostal-casa típica de Zakopane. En realidad no estábamos en la misma ciudad, sino a unos 20 minutos en autobús. Siendo gratis, no nos podíamos quejar. Nos dieron de cena una especie de rollitos empanados de carne, que a mi me supieron genial, pero a otros no a juzgar por sus caras de pánico. Hay que reconocer que íbamos algo acojonados, pues el comida del día de Orientación fue nefasta, y no sabríamos si se podría sobrevivir 3 días con aquella...aquella...dejémoslo, ¿ok?. Los rollitos iban acompañados de un vaso de sopa caliente de tomate, donde en teoría se tenían de mojar, pero me negué a sumergir los rollitos en aquella cosa aceitosa. A la noche bastantes quisieron fiesta, yo por el contrario, necesitaba dormir, pues en el autobús no pude dormitar ni un minuto. Mis compañeros de cuarto, Omar, David Y Jan son de lo más tranquilos, y supongo que también querían estar bien descansados para los días siguientes.
Viernes 24 de Octubre de 2008
Nos levantamos y corrimos hacia las duchas, pues había bastante más gente que baños. Afortunadamente fui de los primeros, y disfruté de una abrasadora ducha que cada pocos segundos cambiaba a agua fría. No sé si es algo sano, pero al menos logró despertarme más que cien cañonazos. Bajamos a por el desayuno, que consistió en pan, mermelada, queso, tomate, mantequilla y jamón york. Más tarde comprobaríamos que íbamos a comer cerdo en todas las comidas del día, no sólo el desayuno y la cena. En fin, esta gente de montaña es muy dura.
Primero nos llevaron a una basílica hecha totalmente de madera, al igual que las casas de empinados tejados para la nieve. Es un tipo de arquitectura que sólo se encuentra en esta zona montañosa de Polonia. Con la de árboles que hay no es de extrañar. Tras ello, visitamos dos de los saltos de esquí más inclinados de Europa, o al menos eso me pareció entender. Había multitud de puestos de venta y tenderetes, se nota que es un sitio turístico, no como la roñosa Zabrze. En esos dos saltos pudimos al fin vislumbrar nieve, pero sólo en las copas de los árboles más altos. Aún así era la tercera o cuarta vez que veía nieve en mi vida, pero no me iba a dar por satisfecho hasta tocarla. Tras los dos saltos de esquí fuimos a una iglesia (de madera) levantada donde intentaron asesinar al anterior Papa. Joder, si me hicieran una iglesia en cada lugar que me han intentado matar no dábamos para arquitectos...
¡Eh, fotógrafo!lo importante de la foto soy yo, no esa casucha
Tras ello volvimos a comer al hostal. Y por la tarde otra vez de nuevo a Zakopane, pero esta vez iríamos a la cima de una de las montañas en funicular. Si abajo todo estaba bien borroso, arriba hacía tanta niebla que no podías ver tus pies. No sé si habéis visto la película La Niebla. Pues bien, todo era similar, siniestro, y con innumerables monstruos conocidos como "Erasmus". Arriba al fin pudimos ver y tocar nieve directamente, y de hecho, libramos una cruel batalla a bolazos alrededor de unas camas elásticas que estaban allá arriba (¿?). Espero conseguir fotos de aquello algún día, me entró nieve hasta dentro de la camiseta. Después de bajar, los monitores nos dieron tiempo libre y deambulamos por el mercadillo a los pies del funicular y por Zakopane en general. Me compré la manzana más sabronsa que he probado en mi vida, y nos metimos en un sitio de tés, de madera también (el lugar, no el té). De casualidad entraron dos monitores en el establecimiento, y se sentaron con nosotros: Darek y Asia. Les enseñamos un poco de español y anoté mentalmente un par de palabras en polaco.
La última línea de autobuses que se ha implantado. Polish Technology.
Vistas desde el salto de esquí
Nuestras monitoras apunto de ser aplastadas por una mano gigante y lo peor de todo, portuguesa.
Pódium del Bebercio. Lástima que Mr Birras esté en España, habría sido algo más disputado.
Más que nieve parece caspa, lo sé.
A la noche la cosa prometía y cumplió. Primero nos dieron cerdo con algo que no recuerdo ¿y luego sabeis qué? ¡trajeron cochino asado para todos nosotros!¡viva lo rústico y lo de montaña!tras la cena actuó nada más y nada menos que en el hostal una banda de música tradicional polaca. A pesar de que no teníamos ni repajolera idea de los bailes que debíamos realizar, bailamos con el que más hasta la extenuación. Qué lástima de que no tenga fotos del famoso cuarteto. Estos avezados hombres descansaban cada unas cinco o seis canciones, y tomaban algo. Mientras tanto, nosotros poníamos música, a poder ser lo más maquinera y soviética posible. Así una y otra vez, una y otra vez...decidí no irme muy tarde a dormir, tras golpear la puerta una docena de veces, el señor David se despertó y me abrió la puerta (la cerrábamos de noches en precacuión de posibles ofensivas y putadillas por parte de otros). No le culpo por el tardar, de hecho el día anterior me fui a dormir de segundo y no escuché llamar a la puerta a ninguno de los dos que vinieron a continuación. El día siguiente iba a ser duro, nos habían planead algo de senderismo. Unas cuatro horillas de nada.
He aquí sólo una pequeñísima muestra del baile que profanamos con total impunidad. ¡Si hasta las monitoras polacas nos acompañaron en bailes ligeramente rusos!
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Hace 1 semana