martes, 26 de mayo de 2009

Toruñ, Toruñto Bravo

La verdad es que estoy terriblemente cansado de actualizar este blog. Pero me debo a los lectores, soy uno de esos filántropos que sabe que en el fondo es mejor dar que recibir, especialmente si eres boxeador. Así que aquí está una corta entrada relatando el cenit y decaída de nuestra expedición a Toruñ, ciudad conocida por haber sido la villa donde un polaco se dio al piwo más de lo necesario y le dio por decir totnerías como que la Tierra gira alredededor del Sol. Y al parecer lo dijo después de muerto, lo que demuestra que su coma etilítico finiquitado en muerte no debió ser tal. Hablando de Sol, aquí últimamente ya comienza a haber algo de resplandor a cosa de las 3:50 y se va a las 9:30, lo cual no ayuda a mi estado de ánimo, es algo que te cansa el cuerpo y que está pasando factura a mi salud mental. Y carga de facturas de pub a muchos Erasmus.

Sábado, 28 de Marzo de 2009

No hay persianas. Sólo hay unos rayos solares, que junto a los cósmicos, atraviesan las delgadas cortinas y también mi piel como si ambas fueran de papel. Siento como millones de celulas gritan de agonía para a continuación ver como su ADN se deshace dentro de sus núcleos perdiendo con ello su único documento con el que atestiguar un viaje gratis el día de su jubilación. Millones de células mueren abrasadas como japoneses acurrucadas en sus casas de cartón en Hirosima en el caluroso del 1945 ¿me despertarontales gritos? no señor, fue el olor a inflamable gasógeno que inundaba la habitación, aunque en segundos me di cuenta que el motivo de semejante peste eran dos compañeros erasmus, los señores F y Jo que dormían plácidamente exudando los litros de alcohol que sus cuerpos no fueron capaces de metabolizar. Me sentía tan sucio como ellos, y necesitaba huir de aquella cámara de gas.

Un muy calurosos verano en Hiroshima, millones de grados, según el Departamento de Metereología del Departamento de Defensa de los EEUU

Espero haber gastado suficientees palabras en el anterior párrafo para poder continuar con otras más mundanas y de recuerdo más fácil. Mierda ¿quién en su sano juicio dice/escribe mundanas? sigamos. Sólo el señor Alberto reunía suficientes fuerzas para levantarse. Lo que me impresionó es que al salir de su cama ésta no se estuviese vacía ¡sino que estaba el señor Alper también durmiendo allí! (nunca se lo dijimos al dueño de la habitación, que como dije en una anterior entrada, lo que él no quería era la entrada de un turco en su habitación). Yo sabía que el señor Alberto era un tío muy macho, pero esto me demostró que estaba equivocado. En realidad era un tío más que macho, pues podía dormir junto a un hombre en la misma cama ¡y NO sentirse atraído hacía él!. Debido al insano e irrespirable ambiente del lugar, el señor Alberto y yo decidimos probar suerte y ver si el turco de Toruñ (quien conoció a una polaca la noche anterior y cerró su habitación...con nuestras mochilas dentro, dejándonos vendidos) estaba ya despierto y buscando la píldora abortiva por las farmacias del lugar. Pero no, la puerta todavía estaba cerrada. Decidimos tras esto irnos al supermercado de la esquina para comprarnos un lastimero suministro de comida para tener algo que desayunar.

La gente siguió durmiendo por una espacio de tiempo indeterminado, tras lo cual nos pusimos rumbo a la ciudad de Toruñ para poder verla en toda su gloria. No dispongo de apenas fotos debido a mi suerte: pilas descargadas y ausencia de lugares para comprar nuevas. Perfecto.

Toruñ es una ciudad muy bien cuidada y algo española en el sentido que parte de sus calles están levantadas y en perpetuas obras. Salvo eso es una ciudad a la que sí que me gustaría haber ido de Erasmus, con todos sus edificios recién pintados, su falta de polución por la industria minera y su ausencia de hooligans ¡incluso es casi totalmente peatonal en el centro! maravilloso, sin duda. Es una de las ciudades que más me gusta de Polonia, y no sólo porque había una maravillosa y gallega lluvia uno de los días en que estuvimos ahí que me hizo sentir como en mi tierra, sino porque es bastante acogedora y agradable a la vista. Así que queridos viajeros, si os pasáis por Polonia, no olvidéis de hacer una paradita en Toruñ.

Mi idea. Me la robaron. La Pasión Turca meets Titanic.

Mientras estábamos caminando por las tranquilas calles de Toruñ me decidi a comer algo pues como dije el desayuno fue digno de Etiopía (con mis respetos a ese glorioso país que resistió a la conolización italiana. A sus intentos, vaya). Estaba delante de una panadería reflexionando sobre el ser y la nada, y un niño polaco al que definiré cariñosamente como Niño Rata me soltó algo en su fácil idioma, pero de todas formas tenía pensado entrar. Compré un bollo y a la salida él y sus amigos me pidieron un impuesto revolucionario, probablemente por haberme ayudado en la tediosa tarea de elegir dónde comprar parte de mi sustento. Los despaché rápidapente con un Nie mówie po polsku, lo que los dejó a cuadros y a mí satisfecho.

Los señores Jacobo, Fernando y yo decidimos despegarnos del grupo expedicionario Erasmus de Gliwice (el cual estaba comandado por los Erasmus de Toruñ, que muy amablemente nos hicieron de guías turísiticos totalmente gratis) porque nos estábamos muriendo de hambre. Nos decantamos por la más sana de las opciones, esto es, un McDonalds. Hete aquí que una vez estábamos comiendo y disfrutando de unos estúpidos videoclips en las pantallas planas del lugar ¡cuando el Niño Rata y su pandilla inexplicablemente aparecieron por ahí! como no pudieron cobrarme nada se dedicaban a rapiñar carroña como podían de esa educada gente que nunca recoge sus bandejas y deja toda la basura ahí. Como lo oís, rapiñar basura en una cadena de comida basura. Auguro un gran futuro a esos chicos, que tan educados eran que sepusieron a gritar a unas chicas a nuestro lado y nos lanzaron algunas patatas fritas.

Tras ir a un café donde nos atendió una camaera que no recuerdo si era extramadamente fea o extremadamente guapa, nos volvimos a la residencia donde nos alojábamos. Los señores Fernando y Jacobo pusieron sus vidas en mis manos cuando decidieron que un tío como yo podía llevarnos sanos y salvos por un camino y una dirección por la que sólo había ido una vez, de noche y en taxi. El que lloviera tampoco hacía la situación más fácil. Pero tuvimos éxito y fuimos en camino casi totalmente recto y no ocurrió ningún percance que nos hiciera prematuros donantes de órganos. Paramos en un supermercado para ser previsores y tener provisiones para el largísimo trayecto en tren de vuelta a Gliwice.

Volvimos a la residencia, en la cual horas depués concurría mucha gente para sistir al cumpleaños sopresa de un tal señor ¿David? un erasmus español. Una buena fiesta en la que me encontré con un compañero de universidad ¡y de carrera! sólo que del campus de Lugo. Coincidencias cósmicas, porque en mi facultad hay 9 plazas para Polonia y en la de Lugo no creo que haya más.

Tras mucha diversión y una traición por parte del seño Aberto que no me avisó de un zumo estaba cargado peligrosamente de vodka, nos dirigimos al centro por medio de taxis, toda una flota, serían 6 o 7. Nos gusta ayudar a la boyante industria taxísitica de Polonia, familias enteras han podido madnar a sus hijos a la unviersidad gracias a esto. Tras visitar diversos garitos que estaban demasiados llenos de gente acabamos en el Mockba (Moscú) que estaba aún más lleno y era aún más pequeño que los anteriores. Una delicia de oscuridad, lásers y humo que deleitan a cualquiera. Meando conocí a un polaco muy simpático que hablaba un español tan avanzado que conocía palabras como pantorilla o expresiones como dormir con los angelitos. Si hasta sabía de la existencia de...¡Dalminha! increíble.

Tras volver en taxi no nos esperaban demasiadas horas de sueño la verdad, pues había que coger un tren al mediodía, pero valió la pena.

Próximamente: domingo 29 asesinato en Toruñ y carreras por el tren

domingo, 17 de mayo de 2009

Toruñ tiene otra órbita respecto a Gliwice

Transfondo y razón del viaje a Toruñ, ciudad de Copérnico:
Dos de nuestros colegas Erasmus de origen portugués, los señores Emanuel y Filipe, hicieron un curso de polaco durante el mes de Septiembre en Toruñ, antes de venirse al hogareño y siempre simpático pueblo de Gliwice. Allí conocieron a multitud de Erasmus con los que trabaron amistad, y lo que es más importante, chicas, muchas chicas. En Toruñ hay facultades de Humanidades mientras que en Gliwice sólo hay ingenierías. Como muestra aleatoria del estudiantado de aquí, nada más que ver la planta de mi residencia, en la que habitan 78 hombres y 2 mujeres, una de ellas Erasmus. Esto explica muchas cosas. Así pues, esos señores lusitanos viajan frecuentemente a Toruñ y una vez decidimos acompañarles, sobre todo porque la estancia ea gratis, en la misma residencia. Esto es más de agradecer de lo que uno piensa, porque 7 horas de viaje en tren no son en absoluto agradables. Que conste que me enteré de toda la expedición ya en la madrugada del viernes, así que ni tuve tiempo de organizar mucho ni de dormitar demasiado.

Viernes, 27 de marzo de 2009

Por la mañana nos reunimos en la estación de tren sobre las 9 (ya ni recuerdo si fuimos en taxi o caminando), con tiempo suficiente para coger los billetes Gliwice-Katowice-Toruñ. Obviamente como he dicho tantas veces en este famoso blog, las cosas nunca salen bien si la PKP (la RENFE polonesa) está envuelta. Dos miembros de la expedición, los señores turcos Can y Alper perdieron el tren. No porque llegasen tarde ni porque comprasen el billete a destiempo, qué va, si lo hicieron a la vez que nosotros. Sólo que en su caso la simpática señora de la estación se retrasó unos minutos de forma totalmente inexpilcable e inexplicada en su entrega de esos dos billetes, así que estos turcos señores perdieron en tren por escasos 15 segundos. Aún recuerdo sus caras de incredulidad mientras el tren en el que me sentaba cómodamente se alejaba. Tendrían que esperar al siguiente, pero tampoco hay demasiados trenes Katowice-Toruñ, así que su retraso total sería de unas 7 horas respecto a nosotros. Nada más. También los señores Jacobo y Fernando no llegaron a tiempo a la estación porque se quedaron dormidos. Al menos viajarían juntos.

Del viaje en tren ¿qué decir? 7 horas de desasosiego y malnutrición de las que no quiero acordarme para no meter el dedo en la llaga de la cutrez Erasmus. Ahí queda escrito para generaciones posteriores.

Llegamos a Toruñ sanos y salvos, y los señores Filipe y Emanuel nos guiaron por sus lares. El tiempo era lloviznoso y había un río de aspecto medianamente sano: vamos, que me sentía como en casa. La ciudad estaba mucho mejor que las que he visto en el sur de Polonia. Y esto lo podía jurar sobre una Biblia, una Constitución o sobre el libro "I'm America" de Stephen Colbert nada más pasados 20 segundos allí.

El único ser humano con las co***es de presentarse a la presidencia de los Estados Unidos de América. Por los DOS partidos. Y no estoy de broma.

Estábamos hambrientos y empobrecidos, así que nos fuimos a un kebap (sí, tendencias suicidas). A los Erasmus turcos no les sentó nada bien, y creo que hasta fue antipatriótico, que nadie allí en ese establecimiento hablase turco. Además la comida que sirvieron era tan apetitosa que nadie acabó lo suyo, absolutamente nadie. Menos yo, básicamente porque fui suficientemente sabio como para no haber pedido nada allí, disfruté de una zapiekanka nada más salir en la primer esquina que encontré un sitio para comprar una y dimos una pequeña vuelta por el centro.

Zapiekanka: ketchup, chanpiñoes y queso sobre pan. Dios bendiga a Polonia



Mediante transporte autobusístico en el que no pagamos, llegamos a la zona de las residencias, las cuales a diferencia de nuestras amadas prisiones de Gliwice no poseían ningún grado de individualidad como tener un nombre propio. No, señores, aquí en Toruñ las condenaron al ostracismo ¡otorgándole números! pobres bloques de hormigón.

Ya en la residencia conocimos a algunos erasmus encerrados en ella. Dejamos las cosas en la habitación de un Erasmus turco pues se suponia que ibamos a dormir allí. Como se verá más adelante estábamos equivocados y nuestra decisión no fue la más sabia, es decir, poner nuestras mochilas en la habitación de un Turkish lover.

Tuvimos algo de fiestecilla en la residencia para después irnos al centro, creo que fue en taxi, no estoy completamente seguro. Lo que si recuerdo es que los cuatro perdidos llegaron a tiempo para enrolarse en la expedición.

Una de las pocas series de la que me aficioné y para luego mandarla a la mierda. Siempre tendré 24 :_)

Sólo fuimos a un garito llamado Solaris ¡igual que una de la residencias de Gliwice! también es casualidad que la primera calle que pisamos tras salir de la estación de tren de Toruñ se llamase Kujwaska, exactamente como en la que situúan nuestras residencias. Creo que hay una falta de imaginación para poner nombres realmente originales. Está bien que toda ciudad de Polonia tenga su Ulica Wolnosci (Calle de la Libertad) pero llega un momento en en que te kansas...¡jajaja! ¿habéis visto que chistazo acabo de hacer? ¡y se me ocurrió a mi sólo! y mejor que sólo se os olvide... de todas formas, creo que repetir Solaris por todas partes es una buena incitación a la lectura del libro homónimo de Stanislaw Lem, uno de mis escritores favoritos. Pero por favor, si hasta hay una marca de autobuses del mismo nombre!


Esto mucho mejor...pero aviso, no es un libro erótico.

El garito en cuestión estaba bastante bien, y si a ello le añades conocer Erasmus de diferentes países la cosa dejó un buen sabor de boca. Nota: aquí en Gliwice hay 4 nacionalidades representadas: portugueses, españoles, francés (sólo uno que a motivos de su dominio del castellano iría incluido en el grupo anterior) y turcos. Vamos, un aburrimiento caracterizado por gente de pelo oscuro y cejijunta. También había unos detalles curiosos en Solaris, pasen y vean...

Los señores Alberto y Filipe hablan cordialmente mientras...¡un Alien acecha debajo de la mesa!

¿Maestro Yoda?¿qué será lo proximo, Darth Vader?

Vaya...debe ser el Lado Oscuro del Erasmus

Tras muchos bailar y montarlas- sobre todo adestacar lo que parecía ser un apdre de familia que abandonó a los suyos en pos del baile y de la droga- nos volvimos a la residencia. Descubrimos con pavor que la habitación de nuestro hospedador turco estaba cerrada ¿porqué? al parecer se había ligado a alguien y...no daré más detalles. Afortunadamente había plan B, uno de los Erasmus de Toruñ nos dejaba su habitación (pues los cabronazos pagaban dos alquileres y así las habitaciones dobles eran ocupadas por sólo una persona, que envidia) y él se iba a otra. A destacar que este buen hombre los confundimos con un polaco la primera vez, más tarde en un perfecto castellano de Ávila nos explicó su herencia genética a medio camino de España y Polonia. Nos dejó claro que en esa habitación no podía dormir ningún turco. Eso me gustó, el filantrópico catolicismo internacional unido una vez más contra los ayatolás, como en los buenos tiempos de las Cruzadas. Lástima que sólo la última fuera fructífera, la del 1936-1939, aunque esa vez contra la sangrienta hidra del Bolchevismo.

Había tres camas, pues pusieron una adicional. Dos dispuestas juntas y otra aparte. El señor Alberto se apropió de la individual, y me vi abocado a compartir las dos camas con dos alcoholizados señores J y F (así preservo su anonimato), los cuales estuvieron cantando cada vez a ritmo más lento y acordes más bajos hasta que cayeron irremesiblemente dormidos y próximos a un coma etílico, pues esa noche en vez de invitar a jóvenes mozas a chupitos para caer bajo sus encantos (o bajo sus bajos, vaya usted a saber) se dedicaron a bebérselos ellos mismos, y el influjo mortal de los grupos -OH hizo el resto.

Durante la noche el señor F se vio atacado por lo que nos apreció ver como convulsiones y arcadas producidas por una cogorza monumental, todo en mitad d euna negrurar mortal, así que nos temíamos lo peor y que estuviese vomitando. Más tarde descubriríamos que no había echado su cena contra la cama, sino unos mocos del tamaño de una mano extendida. Podía a ver sido peor. Esos ruidos preodcuparon incluso al alcoholizado señlor J, el cual creía que era servidor quien estaba agonizando, entonces me movía dicíendome "señor J, señor J, joder, que James está mal, que está muy mal". Supongo que por la oscuridad. La oscuridad que representa el vodka.

domingo, 10 de mayo de 2009

Corruption in Lódz

Sé que no llevo un ritmo especialmente adecuado en esto de escribir entradas para este fantástico blog, pero creedme que he estado muy liado esta semana con cosas de la universidad ¡creí que eso nunca me pasaría estando de erasmus! como plato fuerte, una profesora me mandó estudiar unas cosas pero sin bibliografia ni temario...tengo que buscar yo personalmente esa información a través de internet y luego vendrá un examen. Eso me lo esperaría en un país como España, pero en un país del Ter...en fin, que me callo.

Mi plan original era irme a Lódz el jueves, sin embargo el profesor Orko me encasquetó una clase esa mañana, y mis ganas de ir por la tarde en un trayecto de cuatro horas y llegar a las altas horas de la noche a una ciudad totalmente desconocida, inclinaron la balanza hacia el viernes.

Viernes, 20 de marzo de 2009

Cogí un tren hacia Katowice, pues siendo la principal ciudad de la region de Silesia, de ella parten todos los trenes habidos y por haber, no sólo de la región, creo que hasta a otras dimensiones y otros planetas. Comparado con mi humilde Galicia, donde prácticamente sólo hay una línea de norte a sur, Silesia parece un atentado hacia el entorno ecológico, es difícil atravesar parte de su superficie sin encontrarte con unas vías de tren o de tranvía. Pero supongo que los niños aquí tendrán una infancia más feliz (a pesar del carbon suspendido en el ambiente) pues seguramente ven pasar trenes por todas partes y a todas horas, incluso de madrugada. Aunque bueno, en la lista de Schindler tambiéns salían niños polacos saludando al tren...uhm

Bien, por gracia del destino, el tren se paró cerca de Zabrze por una avería. O eso supuse yo. Un polaco me habló en su idioma natal y aparenté entenderle. Parecía frustrado, y a no ser que su mujer le estuviera poniendo los cuernos con un Erasmus y él quisiera vengarse conmigo, probablemente estaba hasta las narices del tren. Que yo también, hombre. Pero éramos sólo dos. Todos los demás del vagón permanecían silenciosos, y al cabo de un rato todos sacaron el móvil y comenzarona teclear al unísoso. Digno de una película de terror.

O de tema musical de terror. O cantante de terror...

Tras 45 minutos de inexplicable e inexplicada paralización, el tren volvió a la vida, aunque con extraños sonidos desde sus tripas que me hicieron temer lo peor y revivir las primeras escenas de El Protegido. Resultó que llegamos 45 minutos a Katowice más tarde de lo previsto y que mi primera intención era llegar temprano a esa ciudad y tendría 50 minutos de sobra para comprar el billete a Lódz, pero con el retaso...eso se convirtió que en la cola para comprarlo en la estación, esos 5 minutos que tuve de diferencia se vieran mortalmente escasos. Pedí colarme, pero mi cara de falseada pena y desesperación no consiquió arrancar solidaridad en los soviéticos rostros de la gente que esperaba. Probablemente llevaban meses esperando por un billete de tren. al igual que con el pan. No sé si lo he dicho suficientes veces en este blog, pero el servicio en las taquillas es absolutamente horrible. Cuando comente mis viajes con Catalina pondré un ejemplo de lo desesperante que puede llegar a ser: llegas con a la estación con 35 minutos de adelanto respecto al tren que quieres coger, pero al finalg astas 30 de esos minutos para comprar e b illete y luego tienes que ir corriendo a la plataforma correspondiente. Y eso que el sistema está bastante informatizado, pero es que no hay quien lo comprenda.

Entonces consecuentemente debido al retraso del primer tren y el retraso mental de algunas personas perdí el segundo, directo a Lódz. Tenía que esperar ni más ni menos que la friolera (literalmentente, hacía bastante frío) de tres malditas horas en una ciudad tan apasionante como es Katowice. Que por cierto, es la ciudad con el mayor índice de criminalidad de toda Polonia. Afortunadamente los ladrones sólo saben atracar en polaco y los asesinos sólo disfrutan de los gritos en su nativo idioma, lo que explica que ningún Erasmus haya tenido ningún problema de momento.

Llegado el momento cogí en tren dirección Lódz y mi soviético mp3 comprado en Polonia y de momento, con configuración en polaco, me deleitó con Muse, System of a Down, Red Hot Chili Pperes, Dover y unos cuantos grupos más. Cuando llegué allí estaba Kasia esperándome. Era una de las coordinadoras de la universidad de Lóz que también se fueron con nosotros a Zakopane, en octubre de 2008. Siempre es bueno falsear la amistad con alguien para que te de alojamiento gratuito. Leches, olviden la frase anterior. Y tras ello olviden la justamente anterior a esta. Gracias. Oh, en el mismo sentido, para aumentar más el número de visitas a mi blog y por lo tanto, sentirme realziado, olviden todo lo que han leído y vuelvan a entrar. Gracias de nuevo.

Lavado de cerebro a mis lectores ¡Totalmente gratis!

Tras reencontrarnos y contarnos nuestras penas y alegrías, y principalmente quejas sobre este país que ha tenido la amabildiad de acogerme, nos dirigimos a una de las residencias de su universidad, donde me esperaba una habitación de la que pocos tienen llave o conocimeneto de ella y se usa en ocasiones como esta. Joder, me sentía como un terrorista o un sicario en una peligrosa misión, si hasta tenía un piso franco. Pero primero tuvimos que ir a otra habitación donde algunos amigos de Kasia estaban alcoholizándose en plan viejo de 70 años: sin moverse del sitio y sin intención de salir al mundo exterior. Me ofrecieron más y más alcohol, pero les dije que estaba bajo medicación (ellos deberían estar con alguna, ah , y con una camisa de fuerza también) para evitar morir de coma etílico, así que me sirvieron un té. Fingñítambién entender lo que me decían en polaco, y tenías algunas palabras de odio para los extranjeros. Me sentiría ofendido si fueran las mismas de siempre, la de que estamos ahí para robarles a sus mujeres -las más guapas del mundo dicen, convencidos-. Sin embargo esta vez me contaron otra, lo que me fascinó, la historia de unos erasmus que en una noche de borrachera volcaron un coche que para desgracia de otro y para su alegría, no era suyo, sino de un polaco. La verdad es que no es difícil de creer. En la Politécnica de Silesia este año los erasmus están dividos en residencias según la carrera que estén haciendo, al igual que los polacos. Un año atrás estaban todos en la misma, pero debido a los disturbios, desórdenes y situaciones de emergencia nacional causados por ellos mismos, entre los que se incluyen lanzamiento de mobiliario a traves de las ventanas desde un cuarto piso, la dirección de estudios intenacioneles pensó que mejor los dividían o que los deportaban. No se aclaraban y al final, un punto intermedio: escogieron las dos cosas, los dividieron en trozos pequeños, un brazo por allí, una oreja por allá, y los deportaron por correo por el mundo entero. No, no es otra leyenda urbana ¡es la mía!

Después fuimos a tomar una pizza a un garito frecuentado por estudiantes, y allí también me reuní tras un par de sms con Mateusz, el polaco que conocí esperando para el avión de vuelta a casa para las navidades! bailamos a lo loco como erasmus que soy ( y que alguno será) pero el lugar cerraba relativamente temprano. No veais como echo de menos a España a veces...

Mateusz y servidor

La rubia es Kasia, y los que estáis girando el cuello para verlo en condiciones sois vosotros. Y sois unos pervertidos ¡qué leches!

Sábado, 21 de Marzo de 2009

Me desperté y tras esperar a Kasia un buen rato en la puerta de la residencia, al fin apareció. Como es de familia de buen parecer, sus padres le compraron un piso en la cidudad para que estudie a su aire. Espero que la burbuja inmobiliaria se expanda cuanto antes a este país, para invertir aquí, hacerme rico y luego llevarme todas las divisas a un paraíso fiscal, igualito que mis héroes que han hundido España. Caminamos por la avenida principal de Lódz, al parecer es la calle en línea recta más larga de europa. Me lo creo. Aquello era tan, tan absurdamente llano que hasta podría ser Kansas. Veías el horizonte hacia el final de la calle. Las aceras estaban bastante limpias y los edificios estaban más cuidados que las erráticas estructuras que existen en Silesia y que a veces están habitadas. No hace falta más que ver una foto para ver la diferencia:

Y esos adoquines tienen los nombres de gente asesinada en campos de concentración y de exterminio. No están todos porque hay familiares que no quieren. Impactante. Y casi sin fin...

Tras ello nos encaminamos hacia la Manufakatura. Aclarar que Lódz fue el Manchester polaco, es decir, una ciudad núcleo de producción industrial textil. Eso fue de antaño, hoy por hoy nadie rivaliza con esos otros comunistas, los chinos. Si Mao levantase la cabeza...por lo tanto, muchas factorias cerraron, pero algunas personas vieron en esas gigantes naves industriales hechas con ladrillo una posiblidad de hacer negocio: la caída del comunismo polaco había dejado por los suelos las voluntades de construir una sociedad mejor para todos (menos para los disidentes, claro está). Una de estas naves llamada Manufaktura fue totalmente reconvertida en una serie de galerías comerciales, restaurantes, cadenas de comda rápida, multicines y un sinfín más de cosas. Nunca vi centros comerciales más grandes en mi vida que los de Polonia. Allí uno se siente el rey del capitalismo.

Lo que dije, como un rey (del capitalismo)

Nos metimos a comer en un restaurante de la cadena Sphinx, en el cual en mis alardes de aparentar que sé polaco, casi pido unas costillas a la rarsa para varias personas. Después dimos una vuelta por las innumerables tiendas del lugar, en las que vi un extraño método de recogida de niños perdidos, algo conservador, literalmente:

Ya sabéis chicas, sino tomáis métodos anticonceptivos siempre podéis usar años después esto con los bebés no deseados e indeseables

Mi verdadero nombre está oculto en la foto...en la cartera del polaco que me mira fijamente

Tras descansar para una noche de marcha...al final no hubo tanta marcha como uno habría supuesto. De hecho sólo billar y poco más. Y ninguna pelea, vaya decepción ¡pensé que estaba en Polonia, demonios!

La única vez en mi vida en la que tuve un MIG de fabricación soviética en mis manos...o casi

Domingo, 22 de Marzo de 2009

Por la mañana veríamos un poco más de la ciudad horriblemente nublada por un Dios que no me tiene en consideración. Visitamos entre otras cosas un museo de la historia textil de la ciudad y también de diseños textiles, más interesante de lo que parece, pero al salir estábamos muy lejos de la residencia, así que decidimos pillar un tranvía. Problema: no teníamos billete porque todos los kioskos, que es donde los venden, estaban cerrados. Decidimos tentar a la suerte y subir igual...con mal resultado ¡nos pillaron unos inspectores de incógnito!

La multa en cuestión era de 150 zloty, que al cambio vienen a ser más de 30 euros. Y esto es por cabeza, amigos míos. Nunca viajar en transporte público había sido tan caro para mi de sorpresa (excepto como veremos en próximas entreadas, el tren Hamburgo-Berlín que tomé con Catalina, 60 eurazos...). Sin embargo yo no estaba ni con ganas ni con paciencia, así que simplemente lo corrompí.

Sí señores, aquí digo al mundo (so pena de ser arrestado por las autoridades polacas): corrompí a dos miembros de la autoridad en Polonia. Cierto que no eran policías. Cierto que quizás eran más jóvenes que yo. Pero también bien cierto es que les di 25 zloty, detrás de un kiosko para que nadie nos viera (pues obviamente tuvimos que bajarnos del tranvía). Como estos pobres hombres van a comisión, simplemente se le ofrece más o menos lo que se dice que es su procentaje de cada multa y claro, al ser extraoficialmente, pues les sale mejor que poner la multa. Así es como a la edad de 22 años y en el extranjero, servidor decidió dar la espalda a sus ideales democráticos y de una sociedad ordenada simplemente ofreciendo directamente dinero al multador en vez de apgar la multa. Y funcionó.

Foto sacada poco después de la corrupción del tranvía. Es irónico, fui algomafioso y ¡minutos después esto!

Tras ese desafortunado incidente, Kasia y yo nos encaminamos a una de las estaciones de tren de Lódz, compré mi billete, comimos algo y me despedí de ella. Siempre es bueno hacer amistades sólo para tener alojamiento gratis. O eso dicen.